Jamás habrías imaginado que un paraje natural tan excepcional como este podría encontrarse tan cerca de una ciudad como Barcelona. Hablamos de Montseny, un parque natural reserva de la biosfera que tiene todo lo que se le puede pedir a una sesión de naturaleza: montañas de infarto, bosques y valles empapados de color, ríos y cascadas. Y a solo media hora de Barcelona.
El clima mediterráneo que baña el Montseny genera un entorno impresionante donde los ríos bajan cargados de agua y las tonalidades de la montaña cambian con cada cambio de estación. Con 30.000 hectáreas de naturaleza, ubicado entre las comarcas de Osona y Vallés Oriental, Montseny cuenta con el macizo más alto de la cordillera prelitoral catalana. Allí puedes encontrar cimas como Les Agudes o el Matagalls, pero sin duda la guinda que corona el pastel es la Turó de L`Home, con 1706 metros de altura.
El clima que baña esta zona, combinado con la orografía y las diferentes alturas, otorgan al lugar una belleza cambiante que va desde los bosques de hayas y abetos en las partes más altas, hasta los pinos, alcornoques, castaños o encinas de áreas más bajas. También abunda la fauna salvaje, aunque no siempre es fácil avistarla. Zorros, petirrojos, jabalíes, víboras o jinetas, entre otros, pueden verse en este entorno natural.
La mejor forma de disfrutar de Montseny es caminando, respirando aire puro y estirando las piernas que la ciudad nos entumece. El parque cuenta con alrededor de 30 rutas y senderos señalizados para hacer tanto a pie como en bicicleta. La mejor forma de llegar hasta allí es en coche, dejando el vehículo en alguno de los más de 10 aparcamientos repartidos por la zona.
Apenas 50 kilómetros separan la cosmopolita, contaminada e incansable Barcelona de este remanso de paz, un baño de naturaleza al que volver tantas veces como puedas.