Una multa de 200 euros le ha caído a una vecina de Mataró por desobediencia al negarse a subir su cochecito de bebé a una acera demasiado estrecha.
Todo ocurrió en la calle Sant Ramon, cercana al colegio Joan Corominas donde uno de sus hijos es alumno. La mujer tuvo que bajar a la calzada ante la imposibilidad de continuar por la acera debido a su estrechez ya que, además del carrito, iba con su otro hijo. Tras dos avisos de los agentes para que volviera a la acera y ante la negativa de la vecina, se produjo la multa por desobediencia.
La mujer, que recurrirá la sanción, se defiende aludiendo a que no tenía otra alternativa que bajar a la calzada para continuar porque no tenía suficiente espacio en la acera. La situación de esta calle en concreto, junto con otros accesos al colegio, fueron denunciados el pasado enero por un informe elaborado por la comunidad de la propia escuela.