La picaresca sigue hoy más viva que nunca. Aquello de hecha la ley, hecha la trampa sigue viéndose estos días de cuarentena. Desde el señor que decide que pasear a su tortuga es tan lícito como sacar al perro, hasta aquel que pensó que comprándose una mochila de Glovo podría pasearse por Barcelona a sus anchas.
La última de estas anécdotas la ha protagonizado un señor de La Font d’en Carròs. El vecino de este municipio valenciano había salido a la calle para comprar dos botellas de Cocacola, un paquete de salchichas y una tableta de chocolate. Cuando la Policía Local le paró para preguntarle el motivo de su salida, él respondió con naturalidad que había ido a hacer la compra, pero los agentes entendieron al ver el ticket que semejante compra no justificaba la ruptura del confinamiento al no tratarse ninguno de ellos de productos de primera necesidad. La compra, que sumaba un total de 5,93 euros, acabó con un plus de 601 euros de multa.
No es la primera vez que esto sucede. Ya han sido multados otros ciudadanos alrededor de toda la geografía española. Uno por salir a comprar un tarro de nocilla; otros dos por salir a comprar cervezas; e incluso otro que solo salió a comprar una lata de cerveza que le había costado 26 céntimos. Todos ellos recibieron una sanción de 600 euros.