Un asesinato sin resolver, una mansión habitada por un fantasma sediento de justicia, pistas en forma de enigmas… ¿Se puede pedir más? Sí, resolver este quilombo en sesenta minutos.
¿A que no hay narices?
No sé vosotros pero yo siempre he querido vivir una aventura en condiciones. Es lo que tiene haberse visto Los Goonies tropecientas veces, haber devorado las aventuras de Los Cinco y que la yaya me sentara a ver Se ha escrito un crimen tarde sí, tarde también. Pensaba que eso solo pasaba en la ficción, hasta que descubrí Mystery Escape Barcelona y viví una experiencia de escapismo tan increíble que la consideré digna de un post.
Era viernes. El único plan para salir de casa implicaba volver al amanecer o alcoholizarse y estamos cansados de hacer “lo de siempre”. Un amigo nos acababa de contar que había ido a Mystery Escape Barcelona con su empresa para hacer una cosa llamada team building (suena a excusa para no trabajar, la verdad) y nos llamó la atención. Nos explicó que esta clase de actividades consistentes en resolver un misterio por grupos en un tiempo límite son lo más en Europa y que esta empresa en concreto sabe ambientar la escena muy bien. Parece que lo que estés viviendo no es una ficción, sino un verdadero asunto de vida o muerte.
Mystery Escape Barcelona son los únicos de la ciudad que disponen de cuatro habitaciones en las que hasta veinte personas pueden jugar de forma simultánea (lo cual me dio una idea para celebrar mi cumpleaños o la despedida de soltero de mi cuñado como es debido pero eso es otra historia). Desde luego, el plan pintaba mejor que deambular por las Ramblas y dejarnos timar por los relaciones.
En menos de una hora estábamos los tres plantados en un local de Diagonal 111 escuchando atentamente las indicaciones del game master, el que dirige el cotarro. El juego consistía en liberar el espíritu de Marie de Meauconduits, heredera de una suntuosa fortuna que fue asesinada en extrañas circunstancias; cuya alma se paseaba por la casa asustando a los curiosos.
Hay que descubrir las claves de este entuerto en sesenta minutos con la única ayuda de nuestros compañeros, una libreta y las vagas indicaciones de este guía que aparece en caso de estar en apuros (no os esperéis ningún Deux ex machina que lo resuelva todo porque no lo va a hacer,hasta quizá confunda más).
No sabía lo que era el pensamiento lateral hasta que me vi en la tesitura, pues nada es lo que parece y en más de una ocasión nos sentimos estúpidos por complicarnos la vida para resolver una pista obvia. La cantidad de personas óptima para sacarle partido a la experiencia es de tres a cinco como mucho, pues es fácil que alguno se quede bloqueado viendo cómo trabajan sus compañeros en vez de obligarse a pensar.
Merece la pena vivir esta experiencia de escapismo solo por el sentimiento de realización al encontrar la última pista y escuchar al game master anunciar que el juego ha terminado y que el fantasma de Marie de Meauconduits por fin puede descansar en paz.
Como método para desestresarse es genial, pues el estar 100% concentrada en el juego me libró de todos los agobios de la semana y me activó. Podría haber hecho misiones toda la noche (ahora entiendo a James Bond) y desde luego, la próxima vez que me pregunten por un plan original para no caer en lo de siempre, ya sé qué decir: ¿Te apetece resolver el misterio de la mansión?