Lo que cambia tu infancia con moverte algunos kilómetros.
Si estás hablando de Doraemon (conversación más que recurrente, aunque no lo parezca) con alguien fuera de Catalunya y le hablas del casquet volador probablemente te mirará como si le estuvieras hablando de unicornios en llamas cruzando arcoiris.
Y es que para él o ella eso se llamaba, se llama y se llamará siempre gorrocóptero. Un daño colateral del doblaje en ambos idiomas y que necesita de un pequeño diccionario cuando nos ponemos a hablar de referencias infantiles con alguien de fuera.
Las Tartarugas Mutantes, por ejemplo, también lo son fuera de nuestras fronteras. Pero puede que todo quede más claro si en vez de mutantes, dices que son ninjas. Así no habrá confusión ninguna
La cultura popular de Catalunya también tiene mucha importancia en cómo llamamos o dejamos de llamar a las cosas. Es el caso de Los Pitufos, que aquí se llamaron barrufets debido a una pequeña criatura parecida a los gnomos de la mitología catalana. Así es como Pitufina y Barrufeta cambia tan radicalmente de nombre dependiendo de dónde la sintonices.
Más de lo mismo con su Papa Pitufo (nuestro Gran Barrufet.)
A veces es la traducción, y otras veces es bautizar de nuevo. Ese es el caso de nuestra «siguiente víctima», uno de los personajes más queridos de Dragon Ball. Cor Petit Júnior se transforma en Piccolo cuando atraviesa la frontera.
Más de lo mismo pasa con su padre, nuestro Satanàs Cor Petit y su Rey Piccolo.
El Ànec Daffy es uno de los mejores nombres de los Looney Tunes, pero tenemos que admitir que Pato Lucas también derrocha carisma.
Woody Woodpecker, un nombre con clase y respetando a saco su denominación inglesa, es El pájaro loco para la mayor parte de España.
Lo de Harry Potter es todo un tema. Respetaron la gran mayoría de nombres anglosajones pero cambiaron dos o tres personajes secundarios. Como ejemplo, el Colin Creevey del resto del planeta es nuestro Pau Parra
O el capitán de quidditch Marc Roure, conocido en general como Oliver Wood.
Otro ejemplo: Alastor ‘Ull-foll’ Murri es Ojoloco Moody.
Y el último para no ser tan cansino: Ben Babbaw no solo se transforma en rata, sino que también en Peter Pettigrew
Foto de portada: Wikimedia Commons