Barcelona estrena desde esta semana la nueva configuración del carrer de Pi i Margall, convertida en un corredor verde con más espacio para el peatón y hasta 4 nuevas plazas. El eje que separa los distritos de Gràcia y Horta-Guinardó es desde este domingo una calle más agradable, saludable y habitable que apuesta por mejorar los accesos al comercio local de la zona.
Tras la inauguración de este domingo, donde no faltaron actuaciones musicales, chocolate caliente y actividades infantiles, organizadas por el Ayuntamiento de Barcelona, la zona norte de Barcelona podrá disfrutar de un eje donde se ha pasado de destinar dos tercios de la calle a los vehículos a que el 70% de todo el espacio sea para los peatones y vegetación.
Pi i Margall priorizará la circulación de vehículos locales, bicicletas y autobuses con una velocidad limitada a 30 kilómetros por hora. Además, como nuevo corredor verde, predominarán los árboles y la vegetación, con una conexión directa con el parque de les Aigües y la plaza Joanic, y un tramo nuevo que unirá el mar con Collserola.
A pesar de las restricciones impuestas por la situación de sequía, que no han permitido realizar toda la plantación prevista, una vez superada, el ayuntamiento terminará de plantar los árboles a lo largo de toda la calle (690 metros de longitud y 25.000 m2 de superficie). Esta intervención dotará de sombra a gran parte de la calle.
Dentro del marco de la intervención, que ha contado con un presupuesto de 13,6 millones de euros y la financiación de los fondos europeos Next Generatio, se han habilitado cuatro nuevas plazas que ocupan en conjunto más de 2.800 m2. Estas se sitúan en el ámbito de la plaza de Joanic; en el cruce con las calles de Sant Lluís y de Ca l’Alegre de Dalt; en los de las calles de l’Encarnació y de Pau Alsina, y en los de las calles de Sardenya y de la Providència.