En todos lados cuecen habas y, cual Galia revoltosa, un pequeño municipio de Catalunya ha resuelto tomar su propio camino hacia la independencia pidiendo abandonar la comarca de la que forma parte.
Este pequeño proceso independentista está teniendo lugar en Olost, un municipio de la comarca del Lluçanès que ha pedido abandonar esta comarca solo un año después de que esta comarca haya sido creada.
Esta decisión se ha tomado mediante una consulta popular celebrada el pasado fin de semana, en la que participó cerca del 51% de los 1.100 vecinos mayores de 16 años. Con 297 votos a favor de salir, 249 en contra y 8 nulos, la decisión se ha tomado con apenas 50 votos de diferencia que han servido para decantar la balanza.
Una comarca compleja
La situación de la zona es particular. La comarca del Lluçanès se creó el año pasado para agrupar una serie de municipios en torno a un sentimiento de pertenencia común, dando voz a una reivindicación histórica. Olost, que ya había votado a favor de formar parte del Lluçanès en una consulta anterior realizada en 2015, fue uno de los municipios de la nueva comarca.
Pero ahora, solo un año después, el municipio de Olost se ha organizado para salir de recién creada comarca. Los partidarios de esta decisión defiende que no es una cuestión de sentimiento de pertenencia, sino, afirman a la plataforma de noticias 324, «las formas de cómo se ha hecho este proyecto» que actualmente incluye solo 8 de los 13 municipios originalmente previstos. «No queremos vernos abocados a un Consejo Comarcal que, posiblemente, sea muy cargante, con una dimensión relativamente similar al Consejo Comarcal de Osona, que tiene 150.000 habitantes», explican en el mismo reportaje.
Ahora el municipio enfrente un futuro complejo. El proceso de separación no será inmediato, y Olost deberá esperar, como mínimo, hasta las próximas elecciones municipales en 2027, cuando se creará el consejo comarcal del Lluçanès. Si finalmente se concreta la salida de Olost, la comarca quedaría conformada por solo 7 de los 13 municipios inicialmente previstos.
Todo está por ver. El caso pone de manifiesto las complejidades de la organización territorial en Cataluña, y podría sentar un precedente para otros municipios que deseen reconsiderar su pertenencia a determinadas comarcas en el futuro.