Eres de los que no se conforman con sacar a pasear a tu perro por el parque del barrio, por aquello de que no hay terreno suficiente para que corra como le gustaría, hay más turistas que en la tele o que parece más un trozo de hierba en la calle que un parque.
Si es así (y sin la excusa del perro también nos vale el discurso) lo que está claro es que a ti te van las cosas a lo grande. A lo grande y a lo natural. Por eso quizás tengan más hueco en tu corazón de amante a la naturaleza cualquiera de estos parques naturales de Barcelona:
Parc Natural del Montseny
Es el parque más antiguo de toda Catalunya y para muchos el más importante. No es para menos, porque grande es un rato. De hecho, comparte sus 31.063 hectáreas entre Barcelona y Girona y ocupa zonas de las comarcas de Osona, Vallés Oriental y La Selva. Está declarada reserva de la biosfera por la Unesco desde 1978 y no es para menos, porque puedes encontrar una variedad de vegetación difícil de igualar.
Parque Natural de Sant Llorenç del Munt i l’Obac
El Bages, el Vallés Occidental y el Moyanés son las tres comarcas que se reparten este parque con sus nada desdeñables 13.694 hectáreas de riscos y monolitos. Aquí se pueden encontrar dos cimas considerables, como el Montcau y la Mola. En lo alto de esta última el monasterio de Sant Llorenç de Mar preside todo el parque.
Parc del Montnegre i el Corredor
Con la cercanía del mar, el parque del Maresme y el Vallés Oriental se distingue por sus pinos, encinas, robles y alcornoques. Son más o menos 15.000 hectáreas las que recorren el parque y albergan desde iglesias medievales hasta dólmenes neolíticos.
Espai Natural Guilleries-Savassona
Famoso por el embalse que inundó el pueblo de Sant Romà de Sau y dejó su iglesia como una de las postales más típicas del efecto del hombre en la naturaleza, L’Espai Natural Guilleries-Savassona se encuentra en la comarca de Osona y tiene hasta 8.300 hectáreas.
Parc del Garraf
Son 12.820 hectáreas de parque, tantas que es normal que este también ocupe tres comarcas; El Bajo Llobregat, el Alto Penedés y el Garraf, que ya de paso le da nombre. Aquí las protagonistas son las rocas calcáreas y las dolomías en una parte del parque, y en la otra los greses rojizos.