Barcelona está repleta de pasajes. Casi todos tienen su encanto, pero, como en todo, algunos más que otros. Recientemente hemos paseado por el Passatge Tubella, popularmente conocido como el pasaje de Notting Hill. Está ubicado en el barrio de Les Corts, conocido sobre todo por sus calles peatonales y sus bares de toda la vida.
El Passatge Tubella se ubica entre las calles Novell y Evarist Arnús, y debido a su aspecto es conocido por ser el Notting Hill barcelonés. Nos recuerda a esa película romántica, ambientada en un barrio residencial de Londres.
Originalmente estaba compuesto por 22 casas diseñadas por el arquitecto Antoni Pons. Fueron construidas en 1925 y en un principio se iban a destinar a empleados británicos que trabajaban en la industria textil de Barcelona. De esas 22, actualmente quedan 18 y todas ellas están protegidas. Asimismo, conservan sus fachadas de colores vivos y su pequeño jardín delantero.
Acerquémonos más a su historia
El promotor de este pasaje fue el comerciante Joan Tubella, que compró el terreno a la heredera del conde de Bell-lloc. Y aunque inicialmente las casas iban destinadas a esos trabajadores de la industria textil, lo cierto es que nunca llegaron a ser ocupadas por ellos. En su lugar, las ocuparon trabajadores locales de la fábrica Benet Campabadal.
En un inicio, las casas iban a tener únicamente una planta. Sin embargo, en los años 70 se construyeron dos bloques de pisos en los extremos que rompen con esa estética británica.
A día de hoy, la mayoría de los vecinos son aún descendientes de los primeros ocupantes. Podríamos decir que estas pequeñas casas han ido de generación en generación, y es que, para quienes valoran su arquitectura y belleza, es innegable que son una joya. Casi un siglo después de su construcción, siguen sorprendiendo a todo aquel que pasa por delante.