Un estudio promovido por el Grupo de Investigación Clínica en Oncología Radioterápica (GICOR) ha supuesto una grata noticia. El 70% de los enfermos de un cáncer de pulmón de células pequeñas que son expuestos a este tipo de radioterapia sufren pérdidas de memoria. Y parece que a partir de ahora ese número se puede reducir drásticamente.
La cuestión, que viene preocupando desde hace años, se da así porque afecta al hipocampo del cerebro. El hipocampo es una pequeña zona de la región central del cerebro y esa zona es más sensible a la radiación.
La situación era tan conocida y los efectos secundarios tan nocivos que las radioterapias craneales preventivas habían perdido muchísima popularidad. Tanto es así que muchos de los pacientes de este tipo de cáncer optaban por rechazar esta terapia.
El tratamiento en cuestión varía del anterior en un sentido clave: protege el hipocampo. El paciente es tumbado y metido en una máquina que gira 360º en torno a ellos. En la máquina se puede modular la intensidad.
También se ha pronunciado al respecto la doctora Núria Rodríguez de Dios, que, en declaraciones a elPeriódico ha explicado que: “Los resultados demuestran que no proteger el hipocampo en las radioterapias craneales aumenta cinco veces el riesgo de daño y pérdida de memoria”. Y ha añadido que: “con este tipo de radioterapia craneal podemos conseguir que algunas zonas concretas reciban toda la dosis y otras, como el hipocampo, una cantidad reducida”.