El estudio lo han hecho Xavier Delclòs y Carme Miralles, geógrafos de la UAB.
La vida no se acaba en la Rambla o en la Sagrada Familia. Es más, incluso se puede decir que empieza ahí y que avanza en forma de «corredores» hacia tres direcciones. El primero -la columna vertebral- hacia Gràcia, el segundo hacia L’Hospitalet y el tercero hacia los distritos de Horta-Guinardó y Sant Andreu.
El estudio, asimismo, revela las zonas con más vida, sí, pero también aquellas que tienen una vitalidad social baja o nula. De hecho, el reparto estadístico es el siguiente: 23%, vitalidad alta; 34%, moderada; 25%, baja; y 17%, nula. Todo esto calculado en Barcelona ciudad y los nueve municipios de alrededor, lo que sumaría un total de 2’4 millones de habitantes.
Otra de las sorpresas del estudio es que hay zonas como la Rambla de Prim en Sant Martí o la Via Julia en Nou Barris que tienen una densidad de población alta.
Para llevar a cabo la investigación se han usado fuentes censales y catastrales, así como sistemas de información geográfica. Los indicadores usados han sido la concentración (densidad de gente, hogares y edificios) la diversidad (edificios de uso residencial, laboral o comercial), las oportunidades de contacto (construcciones que favorezcan el contacto interpresonal) y también la mezcla de edificios antiguos y nuevos, la accesibilidad al transporte público y la presencia de zonas verdes.