Si algo tiene Barcelona es que, desde luego, nunca dejará de sorprendernos. Y cuando digo sorprendernos me refiero tanto a encontrar lugares que no sabían que existían, a enterarte de alguna anécdota demasiado curiosa como para ser verdad o a que te digan que existe una asociación medieval que aún continúa vigente en Barcelona. Qué cosas, ¿verdad?
Pues eso es justo lo que ocurre en el segundo piso de uno de los edificios más característicos de la Plaça Del Pi, el que alberga la histórica Gavinetería Roca en su planta baja. Justo arriba se encuentra la sede de la Associació de Socors Mutus de Previsió Social, una entidad que antes se conocía bajo el nombre del gremio Tenders Revenedors. Y es que el grupo tiene ni más ni menos que 570 años de historia, desde su fundación allá por 1447. Un poco ha llovido, sí.
Fue entonces cuando la reina María de Castilla, en nombre de Alfonso V de Aragón, ordenó la fundación del gremio. Su primer lugar de encuentro fue el convento de Sant Antoni Abad, para trasladarse al cabo del tiempo a una capilla lateral de la Iglesia del Pi. La mudanza a su actual sede se produjo en 1630, cuando compraron la propiedad a unas monjas clarisas.
El gremio se dedicaba en su época de máximo esplendor a regular la actividad de los tenderos del Born, pero además prestaba ayuda a los comerciantes enfermos, enterraba a los muertos o mediaba en los conflictos entre sus socios. Se convirtió en asociación en 1835 y desde entonces sus miembros solo pueden acceder a ella por herencia del puesto. Obviamente, la entidad ya no se dedica a sus viejos quehaceres, y se encarga de gestionar el dinero acumulado para asistir a los socios.