
Se llama La Pollería (La Rambla, 116) pero no vende pollos, sino gofres con forma de pene. Lo que sus responsables llaman los pollofres, aunque también hay chochofres. La idea surgió en Madrid y apenas cuatro meses después de su apertura en la capital ya han inaugurado local en Barcelona.
Obviaremos las bromas casposas y tan solo diremos que el pollofre se defiende en su género. Nosotros lo probamos en Madrid y son deliciosos más allá de lo anecdótico de su forma fálica, lo que supone más una estrategia de mercadotecnia que otra cosa. Es decir: que el pollofre está bueno por sí mismo, así tenga forma de pene o forma de bicicleta.
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Pedro Buerbaun, responsable del nuevo negocio, contaba en una entrevista al periódico El País que los pollofres se granjearon mil seguidores en Instagram en solo una semana, una gran acogida propiciada por la curiosidad de los madrileños en el terreno de lo gourmet.
Los gofres fálicos tienen un precio de 3,8 euros a los que se suma 0,50€ por cada topping y su consumo, marcado por lo pudoroso y lo cómico de merendar un gofre con forma de pene en público, harán que te eches unas risas. El local abre de 17:00 a 2:00 h.