El Ayuntamiento quiere que la Ciutadella llegue hasta la Barceloneta y que esté bien conectado con los ejes que rodean al parque.
Como un tsunami urbano y a la inversa: así quiere el Ayuntamiento que sea la ambiciosa obra que se pretende acometer sobre el parque de la Ciutadella. Decimos lo de tsunami y lo de la ambición porque el plan de ampliación se llevaría por delante las barreras del zoo, el paseo de la circunvalación, el ramal ferroviario de la estación de França y la ronda del litoral. Sin soterramientos ni pasarelas.
¿Y con qué fin -fines, más bien-? A pesar de que Janet Sanz, teniente de alcalde, ha dicho que «asumimos este proceso sin ideas prefijadas», los fines son los siguientes: que la Ciutadella sea más accesible y conecte con la Barceloneta.
Sanz también ha dicho que todavía no han mantenido las conversaciones pertinentes con Fomento y con Adif con respecto a la estación de França. Este supondría el mayor problema. De hecho, hay quien dice que se debería generar un efecto dominó para que fuera posible: que se ampliase la estación de Sants y se acabaran las obras de la Sagrera.
Además, y como reforma auxiliar -un poco a modo de «ya que pasa el Pisuerga por Valladolid»- se pretende recuperar el uso práctico de los edificios históricos que aquí hay. Nos referimos al Hivernacle, al Ombracle, al Castell dels Tres Dragons y al Museu Martorell. Sobre la historia de la Ciutadella, por cierto, ya hablamos en este artículo.
En cualquiera de los casos, la presumible ampliación no tendría lugar hasta la siguiente legislatura. Es decir, es un proyecto a largo plazo sujeto a un nuevo mandato.