
Dicen los registros que en Barcelona la población civil se organizó para construir 1.322 refugios antiaéreos que los protegieran contra los bombardeos de la aviación fascista. A día de hoy, solo hay cuatro de esos refugios visitables en la ciudad, uno de los cuales se acaba de estrenar esta semana después de haber pasado casi un siglo escondido detrás de un muro: el refugio de La Sagrera.
Este 17 de enero se ha abierto el público un refugio descubierto en 2014 durante las obras de remodelación de la Torre de la Sagrera, en el barrio de Sant Andreu. El espacio, escondido tras un muro, fue construido por los vecinos en 1937 durante la Guerra Civil Española, su existencia se desconocía y que se encontraba en un estado de conservación excepcional gracias a haber permanecido cerrado durante décadas.
Un refugio intacto
Con más de 80 metros cuadrados, el refugio conserva elementos originales como cableado eléctrico, bombillas, latrinas, un pozo de ventilación e incluso dibujos y escritos de la época, todo absolutamente intacto gracias a que el refugio permaneció absolutamente sellado desde la Guerra Civil. Este descubrimiento convierte al refugio en uno de los mejor preservados de Barcelona.
La Torre de la Sagrera, conocida anteriormente como Torre de la Marquesa o Torre del Genovés, fue construida a finales del siglo XIX como residencia privada. Durante la guerra fue colectivizada y convertida en escuela del barrio. En los años 80, estuvo a punto de ser demolida debido al plan urbanístico vinculado a las obras del AVE, pero la movilización vecinal salvó el edificio, que hoy funciona como casal del barrio
El refugio no aparece en el inventario hecho por la Junta de Defensa Pasiva del 16 de julio de 1938, ya que se trataba de un refugio privado, quizás a causa de la presión ejercida por los trabajadores de la empresa colectivizada que operaba en el edficio. El espacio aprovecha la fresquera construida en el segundo subterráneo de la Torre y está hecho con volta catalana, como buena parte de los refugios construidos en la época.
El refugio tiene un acceso desde el interior de la Torre y otro desde el exterior, que se descubrió en 2021 con las obras de reurbanización de la calle Berenguer de Palou a su cruce con la calle Clara Zetkin. El re
4 refugios visitables de los más de 1.000 que había en la ciudad
Desde este fin de semana, el refugio se suma a los pocos espacios de este tipo que pueden visitarse en la ciudad, junto al Refugio 307 de Montjuïc y los de la Plaza del Diamante y la Plaza de la Revolución, en Gràcia. Por razones de seguridad, las visitas al refugio de la Torre de la Sagrera están limitadas a grupos de cinco personas acompañadas por un guía, y se realizan todos los viernes y sábados.
La aparición del refugi de Sagrera, que no aparecía en los registros que indican la existencia de 1.322 espacios como este en la ciudad, da una idea de la cantidad de lugares que aún deben quedar por descubrir en la ciudad.