¿Te imaginas comer sentado en lo alto del MNAC? Ahora, en realidad, puedes hacerlo, porque en el mirador del museo acaba de abrir Absis, el nuevo restaurante del Museu Nacional d’Art de Catalunya donde encontrar, como no podía ser de otra manera, auténtica cocina catalana.
Para nosotros ya es, de hecho, uno de los grandes restaurantes catalanes de la ciudad (y uno de los más bonitos) gracias, por ejemplo, a un suquet de salmonete que preparan cocinando el el puré de patatas con el mismo caldo del pescado, emulando aquellas patatas cocidas en el mismo suquet que deshacen absorbiendo todo el sabor del pescado.
Platos catalanes, vistas barcelonesas
Las vistas se venden solas y es una lástima porque aquí cocinan bien de verdad y quizás esas vistas hasta lo tapen y es una lástima también porque es fácil que acaben cocinando esos platazos para turistas.
Cocinan eso, cocina catalana gracias a Albert Raurich, discípulo de Ferran Adrià y chef de Dos Palillos y Dos Pebrots, uno de los primeros restaurantes de Barcelona en explorar el patrimonio gastronómico e histórico de la ciudad, con sus míticos lletons de porc, ese plato servido sobre un cerdo al revés, homenaje a la cocina de los romanos cuando la ciudad nació.
De esas recetas, estos restaurante, y por eso aquí Raurich ha hecho una carta mediterránea y catalana preocupándose de ser coherente con la propuesta y de refinar las elaboraciones para elevarlas. De ahí el suquet mencionado y también la otra estrella, el mar y montaña de pollo y vieiras, redondo. De ahí también els sepionets a la bruta con unos ñoquis aéreos, magníficos.
La otra señal de coherencia es la originalidad, que hace que preparen recetas originales basadas en el Mediterráneo sin tener que acudir a lo de siempre. De ahí el escabeche de olivas y uvas con perfume de azahar, un detalle coqueto para empezar la comida y cuidar todos los detalles, y de ahí también el coulant para acabar esa comida, hecho de algarroba, «el chocolate de los pobres», y que es de los buenos que hemos probado.
Respecto al precio: 35€ el menú de mediodía, que pica, y 60€ el degustación, que nos parece una gran opción, visto lo visto. Aunque ambas opciones nos convencen. Más ahora, que abren a las noches, y puedes disfrutarlo a la luz de las velas y con la ciudad entera a tus pues.