Si sientes fascinación por el medio oriente, estos restaurantes árabes en Barcelona te lo darán a conocer desde uno de los mejores puntos de vista posibles: el gastronómico.
1. Cafeteria el Nilo
¿Alguna vez te has preguntado qué narices comían los faraones egipcios? No sabemos la respuesta a esa pregunta, vale pero lo que aquí sirven seguro que se les parece. Las sishas que ofrecen son de todos los sabores inimaginables y los precios son muy asequibles (el menú del día, 9,5€).
Carrer del Dos de Maig, 241
Ziryab
Carrer dels Ases, 16
Ziryab es una fusión de culturas: la catalana y la marroquí. La comida está buenísima y además, si quieres probar la cachimba, puedes. Os recomendamos el menú degustación si queréis empezar a iniciaros en sabores algo más intensos.
Jerusalem Restaurante
Moll de Mestral, 25
Al lado del Port Olímpic, es el lugar perfecto para empezar la noche al estilo árabe con dulces, cachimba y la danza de los siete velos (los más atrevidos) y continuarla por la zona. No solo puedes encontrar cosas típicas como hummus, falafel y similares, sino también apuestas tan originales como la cachimba de miel.
Aladdin
Av. de Gaudí, 50
Comida del Líbano, espectáculo, cachimba…¿Qué más se puede pedir? ¿Encontrar al genio de la lámpara? Casi, pues puedes desde con ese amigo que se cierra a cualquier tipo de comida exótica hasta con ese otro vegetariano ¡La carta es para todos los gustos! Es mejor cuando hace un pelín más de calor ya que la terraza es muy acogedora (y compartir la sisha al aire libre es un placer de la vida). Uno de los mejores restaurantes árabes en Barcelona que hay.
Arabia
Carrer de Sant Pere Més Alt, 18
Si quieres teletransportarte a Oriente Medio, solo tienes que atravesar la puerta. Los viernes y sábados a las 22:30 hay un espectáculo de danza del vientre y de martes a domingo, de 21:00 a 24:00, música en vivo. Si es uno de los restaurantes árabes en Barcelona más populares, no es por capricho. Os recomendamos el menú degustación para que no os quede ni un sabor sin experimentar. Os recomendamos bajar el festín con un té.