Barcelona es mucho más que las plazas y las calles de su capital. También son sus pueblos. Y cuando hablamos de comida es obligatorio poner el acento ahí. Vamos, si las estrategias comerciales de muchas de las empresas de gastronomía consisten en tirar de referencia campestre, por algo será.
Cal Xim
El paisaje aquí es inmejorable. Comer rodeado de viñedos del Penedès no se hace todos los días. El sitio es un poco caro, pero el capricho merece la pena. Primero, por la calidad de la comida, siempre hecha con productos frescos y de la zona. Y segundo por el trato, inmejorable. No dudes en pasarte por aquí si estás de paso por la zona o si este puente tienes pensado un poco de turismo rural.
Dirección: Plaça Subirats, 4, Sant Pau d’Ordal, Subirats
Torres Petit Restaurant
Te recomendamos tomar su menú de tapas. Y sobretodo… su queso. Todas las tapas de queso del Torres Petit deberían estar en cualquier comida que se precie. Y algunas, por qué no, en un museo. La presentación, el olor, el sabor… una combinación de sensaciones que solo puede llevar a un destino: auténtico placer.
Dirección: Passeig de Sant Joan, 36, Manlleu
Can Jubany
Si vas a Can Jubany, tienes que saber dónde te metes. Cocina de autor, alta gastronomía, lugar de lujo, selección de los mejores vinos. Banco y en botella: es más una experiencia culinaria que salir de cena con tus amigos. Si estás dispuesto a pagar el precio, te recomendamos probar su menú «Un passeig per Catalunya».
Dirección: Carretera de Sant Hilari, s/n, Calldetenes
Cal Majoral
En pleno Berguedà, el restaurante del Cal Majoral es una parada obligatoria para todo amante del buen comer y del buen vino. No en vano, son muchos los que se acercan a este hotel exclusivamente para probar los platos típicos de su restaurante. Atención de 10, salón acogedor e iluminado y un menú de escándalo con una relación calidad-precio más que correcta. Difícil encontrarle algún pero.
Dirección: Carretera de Solsona a Berga, KM 134, L’ Espunyola
Hostal Pedraforca
Aquí encontrarás ese encanto a típico hostal de sierra, de verano y montaña. Todo el mundo está de acuerdo en una cosa: lo mejor son sus vistas. Con una ubicación inmejorable, comer con la mirada puesta en el Pedraforca es toda una experiencia. Sus menús están muy bien de precios y la atencióna acogedora y familiar hacen el resto. Yo a veces me siento como en casa.
Dirección: Barri Macaners, s/n | Afores, Saldes
Foto de portada: 7mates.com