Los bares de Gràcia no solo están para beber gin o leer un libro de segunda mano, sino para reenamorarte de la gastronomía catalana y castiza y experimentar nuevos sabores en tu paladar ¿Los conoces todos?
Sirven algunas de las mejores pizzas de Barcelona por lo que es imposible no mencionarlos en este ranking. Nuestras favoritas son la Caprina (tomate, mozzarella y aceite balsámico de Módena) y el TNT (con chorizo picante, una auténtica bomba para el aliento).
2. L’ Eggs
No puedo permitirme obviar el bar que sirve una de las mejores tortillas de patata de Barcelona. Es una oda en toda regla al colesterol. Os recomiendo los huevos fritos a la andaluza con salsa tártara, sus revueltos variados o, si te pasas de noche y estás bien comido, el cóctel de la casa L´Eggs Spritz ¿Qué lleva? Tendrás que descubrirlo.
Passeig de Gràcia, 116
3. Café del Sol
La plaza dedicada al Astro Rey es su castillo y él, su dueño; que para eso cobija a jóvenes sedientos de cañas y no tan jóvenes que huyen del calor como pueden. En su interior, un perro negro al que llaman Beyoncé observa distraído la escena. Los hay castizos, que disfrutan de su vermut acompañado con unas anchoas y los más cools, que se decantan por un cóctel. Sin duda, de los más típicos de la ciudad condal.
Plaça del Sol, 16
Wok Verdi
Sí, sé que no es un bar pero es tan típico que me parece un feo no añadirles. La práctica del street food aún no se ha impuesto del todo en la cultura barcelonesa pero está claro que algún día, sucederá. Mientras tanto, toca pedirse unos tallarines y sushi variado para comérselo en un banco acompañado de una yonki lata. Eso sí, cuidado que no te pillen que a lo mejor la comida te sale por el mismo precio que un viaje al lejano Oriente.
Carrer Verdi, 20
Bodega Quimet
Al Quimet se va a lo que se va y en este caso, a ponerse cieg@ a vermuts. Es gracioso porque pides uno y al poco estás con el siguiente; y otro y otro y otro…Así hasta que de pronto el mundo te da vueltas y tu amigo de la pandilla de toda la vida, que siempre ha estado en la friendzone, comienza a parecerte atractivo.
Carrer de Vic, 23
Bar Pietro
Hacen algo que cada vez escasea más en los bares: tirar la caña como es debido (en los dos sentidos, el personal es tan majo que parece que intenten ligar contigo). La cerveza y el vermut son de calidad y si encima los acompañas con unas anchoas o unos boquerones, lo bordas.
Carrer de Gràcia, 197
La Trini
Es un bar acogedor desde el minuto cero, por su decoración y el buen trato del personal. Merece la pena acompañar la bebida con unas tapas, de calidad y con mucha mucha personalidad. Es un sitio al que ir a todas horas, ya sea de afterwork, para un pica-pica, para tomar el vermut…Siempre serás bienvenido. Las tapas must son las croquetas, los dados de solomillo, el tartar de atún y las bravas de la casa.
Carrer de Verdi, 30
Café Adonis
Un lugar con estilo y encanto, perfecto para ganarse a ese ligue que se las da de cultureta y sibarita. La carta es muy ecléctica, mezclando tapas originales con las más cañís (probad a combinar unas bravas con una bruschetta de tomate y mozarella, no os arrepentiréis) . El único defecto es que el servicio es un pelín lento.
Carrer de Bailèn
Taverna Carlitos
Carrer Gran de Gràcia, 57
Es el típico sitio que te encuentras de casualidad y sorprende para bien. Lo han abierto hace poco y promete ser todo un éxito. Si eres un carnívoro, empedernido, no puedes perderte sus carnes a la brasa, su especialidad.
L´Anxoveta
Para tapear bien tapeado, aquí el que se queda con hambre es porque quiere. Lo grasiento e indigesto tiene la entrada vetada en este bar, donde si bien es cierto que las raciones no son una gran novedad (bravas, croquetas, arroces, etc), están de rechupete. Imprescindible probar los buñuelos de bacalao.
Calle San Domenec, 14-16
Cervecería Catalana
Si lo que quieres darte el gusto “a la catalana”, porque está claro que si vas a un sitio con este nombre no buscas pintxos o sushi. Colócate la barretina y atrévete a ponerte morado a montaditos, porque es lo que se destila aquí. También tiene productos de temporada, la excusa perfecta para atreverte con los caracoles o pringarte en marzo comiendo calçots.
Carrer de Mallorca, 236