Las instituciones públicas se han volcado con el sector del libro. También los lectores. El mal tiempo afectó a las ventas de Sant Jordi, pero también provocó que se malograran cientos de libros. Ante esto, son muchos quienes han asegurado que se solventará como sea posible. Jordi Martí Grau, teniente de Alcaldía de Cultura, ha dicho hoy en RTVE que «ninguna editorial ni ninguna librería por culpa de Sant Jordi tendría que cerrar o no ver afectada peligrosamente su actividad. Haremos todo lo que haga falta».
Una de estas posibles soluciones es la celebración de un Sant Jordi veraniego, como ya ocurrió el verano del 2020, según ha dejado entrever Martí. El sector del libro se reúne hoy con la Generalitat para tratar de discutir otras medidas complementarias.
Martí no ha sido el único en apuntar a lo que algunos han llamado la «verbena de libros» de verano, porque «Sant Jordi solo hay uno», como también Patrici Tixis, presidente del Gremi d’Editors de Catalunya, apuntó en esta misma línea ayer.
El gremio ha señalado que la Cambra se hará cargo de todos los desperfectos ocasionados por el mal tiempo y son también muchos los autores que ya se han ofrecido a organizar firmas de libros.
Los libros mojados
Las imágenes de las cascadas de agua y granizo que desarmaban las carpas han removido los corazones bibliófilos y son muchos los que han propuesto en redes sociales hacer algo con todos los libros mojados de este año.
El Govern por su parte ha propuesto que los libros dañados puedan ir a parar al fondo de bibliotecas públicas y otros centros educativos, según ha dejado entrever la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, en el programa de televisión Els matins. Será hoy al mediodía durante el encuentro que mantendrá el gobierno catalán con la Cambra del Llibre cuando estas medidas se empiecen a concretar.