En la madrugada del viernes al sábado, una tortuga boba adulta sumergió de la orilla de la Playa del Miracle, en la costa de Tarragona. Ascendió por la arena seca y alcanzó la parte más alta, cerca del muro de rocas que delimita la playa, donde decidió anidar sus embriones. Los técnicos del consistorio y de la Generalitat se han encontrado con un total de 99 huevos, de los cuales dos se rompieron y 15 han sido tomados para su análisis.
El espacio ha quedado delimitado por la guardia urbana y seis entidades ecologistas han hecho un llamamiento para conseguir voluntarios que se encarguen de vigilar el nido y proteger los huevos de tortuga de los bañistas. Ahora mismo 35 personas están trabajando, de manera voluntaria, en turnos de dos horas por la mañana y cuatro por la tarde.
La Caretta caretta pertenece a la familia de las tortugas marinas que habitan el Atlántico, el Pacífico, el Índico y el Mediterráneo. Suelen desarrollar su vida en aguas de la costa poco profundas y sólo excepcionalmente suben a la superficie. Esto sucede cuando las hembras acuden brevemente a tierra para excavar los nidos donde depositar sus huevos.
Parece que éste rincón del mapa no es un lugar atractivo sólo para los humanos, que se acercan a pisar la orilla de sus aguas saladas y que disfrutan observándola a unos metros de distancia con una copa fresquita en la mano. También lo es para los ojos que observan el mundo con la vista a ras del agua: el mar Mediterraneo es un lugar muy común para las tortugas adultas durante los meses de primavera y verano, así como el elegido para que sus bebés nazcan y den sus primeras brazaditas.
Ya que esto no es la primera vez que sucede, es probable que tampoco sea la última. Por eso las organizaciones esperan que el número de voluntarios aumente al centenar durante el verano ya que, más allá del nacimiento de éstas, hará falta seguir peinando las playas frente a la posible llegada de más tortugas que aniden en la costa.