El Zoo de Barcelona será clave en la preservación del tritón de Montseny.
Aparte de ser reserva de la biosfera según la Unesco y de ostentar el título -otorgado por un servidor sin quorum en este mismo momento- de parque natural más importante de la provincia de Barcelona, si el Montseny fuera un ser vivo podría presumir de ser el único lugar de acogida natural del tritón de Montseny.
Ésta es una especie de anfibio que, hasta hace poco, estaba en peligro crítico de extinción. No obstante, en los últimos años, gracias a la cría en cautividad han pasado de ser 48 ejemplares a 1986. Aun siendo delicada la situación, ahora -qué duda cabe- se puede ser más optimista.
En parte gracias a la toma de decisiones enmarcadas en el Proyecto Life Tritó Montseny, que empezó a funcionar en 2016. La financiación de este proyecto, dicho sea de paso, es de casi tres millones de euros y en un 60% está sufragada por la Unión Europea.
Los programas de rehabilitación de la especie se dividen entre tres espacios: el Centro de Fauna de Torreferrussa, el Centro de Fauna de Pont de Suert y, desde 2013, el Zoo de Barcelona. Así, está previsto que a lo largo de este mes se inaugure la ampliación con el objetivo de alcanzar una producción -sí, es un sustantivo muy impersonal- de 400 ejemplares anuales entre los tres centros.
El zoo de Barcelona, por otro lado, y gracias al esfuerzo de las diputaciones de Barcelona y Girona, pondrá en marcha un espacio enfocado al fomento de la enseñanza y la concienciación sobre el tritón del Montseny entre su público.
Qué duda cabe de que, en un momento de impopularidad, quizás en los tiempos más críticos del zoo, una decisión que abogue por lo que moral y éticamente está bien considerado funciona como mecanismo redentor.