Nos reímos mucho de que a los pobres turistas les sablan hasta el fin del mundo y más allá, pero todos tenemos nuestro corazoncito viajero y solidario que se deja engatusar. No solo engatusar, sino posturear, seguir el vaivén de la masa, unirte a las hordas de Instagram. Tú también has sido turista en otros sitios. Y a veces, aunque ahora lo niegues como a quien le va la vida en ello, muchas veces lo has sido en la propia Barcelona.
1. Quedar en el Corte Inglés de Plaça de Catalunya. Porque otro sitio más típico no se te ha ocurrido.
2. Bañarse en La Barceloneta, a saber por qué, con toda la gama de playas y caletas menos masificadas que hay por Barcelona. Pero no, a ti te gusta el masoquismo y evitar hacer más de dos paradas de metro.
3. Te la han clavado por sentarte en en una terraza. Hacía buen tiempo y no querías desperdiciar la oportunidad, pero se te olvidó dónde estabas.
4. Tocarle los huevos al gato de Botero. No puedes evitarlo cada vez que pasas cerca de la estatua. Y lo sabes.
5. Hacerte un selfie con cualquier monumento de Gaudí de fondo. Instagram nos ha condenado a ser turistas en nuestra propia ciudad.
6. Ir a ver el atardecer en los Bunkers del Carmel. Que sí, que es tela de bonito, pero hay más sitios para dejarse llevar por el romanticismo.
7. No pudiste resistirte a las barquitas del Parc de la Ciutadella. Y más si sabes lo que es tener pareja.
8. Tú también te has tragado algún partido del Barça o el Espanyol… sin que te guste el fútbol. Por aquello de la experiencia. Seguro que a tu bolsillo no le ha hecho gracia.
Imagen de portada: CG