Una precontratación obligatoria que inutiliza parcialmente el servicio prestado por los vehículos con licencia VTC.
“Desfortunadamente, la Generalitat ha decidido ceder al chantaje del taxi y nos vemos en la obligación de anunciar que las VTC deberán abandonar la ciudad de Barcelona”. Así lo expresó ayer Marta Planas, directora global de regulación de Cabify, tras conocer el resultado de las intensas reuniones entre unas y otras partes.
La decisión podría no ser la definitiva porque Cabify, desde su cuenta de Twitter, pidió prudencia: “no ha adoptado ni ha hecho publica ninguna decisión sobre el posible abandono de Barcelona por parte de la compañía”.
Pero en los mentideros se dice que no es cierto: la decisión estaría tomada porque las condiciones que impone la Generalitat hacen inviable el modelo de negocio. Las condiciones aludidas son los resultados obtenidos tras horas de reuniones entre sindicatos, el consejero de Territorio y Sostenibilidad y representantes de la AMB.
Hablamos de que la imposición es la obligación de pedir el Uber o el Cabify con una hora de antelación. Una precontratación obligatoria que inutiliza parcialmente el servicio prestado por los vehículos con licencia VTC.
Ahora habrá que ver cuál es la decisión definitiva, cuándo se hace pública, qué impacto tiene este precedente sobre el resto del país, cómo afecta a Barcelona la destrucción de más de 3.000 empleos y si el servicio que puede prestar el taxi es lo suficientemente diligente en las fechas en las que Barcelona está especialmente concurrida (Primavera Sound, Sónar, World Mobile Congress).