Un grupo de cuatro ballenas obligó el pasado viernes a detener el tráfico marítimo del puerto de Barcelona. Las embarcaciones, en su mayoría recreativas, tuvieron que esperar a los cetáceos se alejaran por el peligro que supondría tanto para los animales como para las embarcaciones.
El grupo de rorcuales, conformado por tres ejemplares adultos de 25 metros cada uno y una cría de 10 metros, fue avistada por un equipo de la Unidad de Playas de la Guardia Urbana a dos millas de la costa de Badalona. La expulsión en forma de chimenea de agua que realizan los animales fue el detonante para dar la voz de alarma ante unos ejemplares que tienden a aproximarse a las cosas en busca de alimento, sin un punto de rumbo fijo.
Aquest matí agents del Grup de Platges de la Guàrdia Urbana han localitzat des d’una de les nostres embarcacions, un grup de 4 cetacis aproximadament a 1 milla nàutica de la costa.
Els hem protegit en el seu camí de tornada a mar obert per evitar la resta del trànsit marítim. pic.twitter.com/Dgb7oLtEEG
— Guàrdia Urbana Barcelona (@barcelona_GUB) August 21, 2020
En un intento de la patrulla marítima de la Guardia Urbana por guiar a los cetáceos, estos acabaron dirigiendo su rumbo hacia el puerto deportivo y la bocana del Hotel Vela. Pero la paralización del tráfico de embarcaciones permitió a la familia de ballenas redirigir su rumbo hacia mar abierto sin incidentes.