
El pasado viernes 5 de julio, en una gala celebrada a Agadir (Marruecos), la Unesco reconocía a la Val d’Aran como reserva de la biosfera. Esta distinción, además de reconocer el patrimonio paisajístico del territorio, tiene como objetivo poner en valor la cultura y la lengua propias de la zona.
Una de las particularidades de este área es su localización: se trata del único valle de Catalunya orientado al norte y posicionado como cuenca entre el Mediterráneo y el Atlántico. Esto, según ha afirmado la propia Unesco, «le confiere una gran diversidad de paisajes climáticos y biológicos».
Sin embargo, la Val d’Aran no es el primer territorio catalán en obtener esta distinción por parte de la Unesco. En 1978 ocurría con el Montseny y en 2013 con las Terres de l’Ebre, siendo ahora la Val d’Aran la tercera reserva de la biosfera en Catalunya.
La Val d’Arán presentó su candidatura para obtener este reconocimiento en 2021, con la intención de impulsar cambios en la zona que le permitieran adaptarse a las consecuencias del cambio climático. Esto pasa tanto por un impulso económico y turístico como por una mejora de la gestión y preservación de los valores culturales y naturales araneses.
Pero… ¿Qué es una reserva de la biosfera?
Según la propia Unesco, las reservas de biosfera son «espacios de aprendizaje para el desarrollo sostenible» en los que, mediante enfoques interdisciplinarios, se pretende comprender y gestionar las interacciones que se generan entre los sistemas ecológicos y sociales.
Esto se traduce en que estos territorios, que abarcan ecosistemas terrestres, marinos y costeros, actúan a modo de «laboratorios» proponiendo estrategias que tienen como objetivo armonizar la conservación de la biodiversidad con un uso sostenible de los recursos.
El viernes se han añadido otros diez territorios -además de la Val d’Aran- a la lista de reservas de la biosfera, entre los que también se encuentra el territorio navarro de Irati. Con estas 11 nuevas incorporaciones, la Red Mundial de Reservas de la Biosfera de la Unesco alcanza una extensión total de 37.400 kilómetros cuadrados.
A partir de esta gala, la red mundial de reservas de la biosfera cuenta con 759 espacios repartidos entre 136 países. Estas, a pesar de ser designadas por la Unesco y tener un reconocimiento internacional, se encuentran bajo la soberanía de sus respectivos países y no cuentan con ningún tipo de protección internacional.