El 27 y el 28 de octubre será el Veggie World en la Farga de l’Hospitalet.
Kebab de setas, chorizo de calabaza, salmón hecho de algas o queso hecho a base de anacardos. El único vínculo en común que tienen estos cuatro platos es el siguiente: ningún animal ha participado -activa o pasivamente- en la creación de dichos alimentos.
Mostrar que vivir sin explotar animales es posible, responsable y lógico: esa es, al fin y al cabo, la razón de existir del Veggie World.
Huelga decir que el estilo de vida vegano -si es que la palabra estilo no es demasiado prosaica para una decisión tan seria y admirable- no se centra exclusivamente en la comida. Qué va. De ser así, ¿qué sentido tendría comer purés de zanahoria si luego llevas un abrigo hecho con cuatro zorros?
Sería una contradicción en toda regla.
Para vivir en coherencia y sin remordimientos en un contexto aceleracionista está el Veggie World. Porque, insistimos, son los primeros que saben que ser vegano no solo afecta a lo que se come. Por eso el Veggie World es un festival total. Su temática es variadísima: sostenibilidad e impacto medioambiental por bandera.
Y eso es algo que se ve en la promoción de productos cosméticos, vinculados a la moda, relativos a los detergentes o en el debate de cuestiones turísticas. Siempre, eso sí, con la nutrición vehiculando y monopolizando el evento.
Esta es la segunda ocasión en la que se celebrará el Veggie World en Barcelona. El año pasado, irónicamente, tuvo lugar en la antigua plaza de toros, donde hoy está el Centro Comercial Las Arenas. Este año -y a tenor de que el espacio se les quedó pequeño- será en la Farga de l’Hospitalet.