Comer comida italiana, «comida italiana», como si fuese un todo monolítico, hace tiempo que se asocia demasiado al noctámbulo paseo de vuelta a casa de madrugada. O al pedido a domicilio del bajón del domingo. O a pastas de cualquier tipo, de cualquier forma, incluso pastas que se cocinan en el microondas.
Parece no haber calado del todo la idea de que la cocina italiana es una de las más perfeccionadas del mundo. Que la gastronomía en Italia es una fe universal, el dios al que todos rezan. Y cuando un pedacito de esa historia gastronómica llega a Barcelona siempre es motivo de celebración.
En esta ocasión se trata de Velissima, un restaurante de cocina italiana de altísima calidad que abrió el mes pasado en el puerto deportivo Marina Vela y que aspira a convertirse sin duda en referente gastronómico de la ciudad y uno de los mayores representantes de la cocina italiana en Barcelona.
Lo primero y más impactante de Velissima es su decoración obra del prestigioso Lázaro, cuidada al detalle, y que va cambiando a medida que se avanza por los diferentes espacios del enorme local: desde su entrada con una barra coronada por los escaleras laterales y una zona de bar a modo de grada, pasando por su comedor, su privilegiada terraza de verano o la zona de fiesta con los viernes y su fiesta ‘Danza’, y los sábados con su ‘La Notte’.
Un formato de negocio de restauración italiana vinculada a la clásica taberna de toda la vida, el negocio familiar donde las recetas pasan de generación en generación. Basta con entrar en Velissima para darse cuenta que aquello tiene poco de taberna familiar, pero basta con probar sus platos para darles la razón.
La carta de Velissima, con el chef Bruno Annunziata al mando, es la fusión perfecta entre algunos de los elementos y platos más clásicos de la cocina italiana, y su grado máximo de sofisticación y buen hacer. Por ejemplo: su pasta trofie con gambas rojas de Mazara, tomate datterini y pistacho es sin duda uno de los platos de pasta más brutales que he probado nunca. Tampoco se queda atrás su burrata ahumada, sus pulpitos estofados o su carpaccio de ternera.
En Velissima hay y todo y todo fresco, obviamente. No podría estar más cerca del mar. Tienen pescados frescos (el carpaccio de gambas con melón es otra de sus especialidades) pero también tienen gran variedad de pizzas y platos de pasta para los más conservadores. No olvides dejar algo de hueco para cualquiera de sus postres.
Además, cada domingo Velissima celebra sus Sailing on Sundays, un brunch buffet libre por 40 euros donde disfrutar de lo mejor en la cantidad que tú quieras. Y procura venir el viernes o el sábado de antes para probar algunos de sus cócteles porque son auténticas obras de arte.