Un día te despiertas y mientras vas en el metro camino al curro, te das cuenta de que te has hecho mayor
Te ha salido alguna cana puñetera, escuchas música de otras décadas y tienes la misma cara de zombie que el resto de viajeros del Rodalies. Es viernes y no piensas en la juerga que te vas a pegar hasta amanecer en la playa, sino en la película que vas a ver esta noche envuelto en mantas.
¿Te sientes identificado? Amigo o amiga, bienvenido a la crisis del cuarto de vida: eres viejoven. Tranquilo, no estás solo. Estamos en las mismas y conocemos los síntomas ¿Te suena alguno?
1. La idea de salir a la Razzmatazz a desfasar y amanecer en la playa, queda desechada. En su defecto, prefieres quedarte en casa de “tranquis”.
2. O tomarte una (y solo una) copa en compañía de tus amigos más cercanos, como los de Friends.
3. Porque ya no bebes por emborracharte y crear la falsa sensación de que lo pasas bien, sino por disfrutar del alcohol-independientemente del precio, aunque nunca están de más ofertas como esta.
4. Tampoco haces botellón, aunque no sabes si es porque eres demasiado viejoven o por la multaza que puede caer de los Mossos.
5. Te has vuelto más exquisito con la comida: lo de comer cualquier cosa o desayunar samosas después de una noche de fiesta ya no sienta bien a tu esquilmado estómago.
6. Te sientes la profe de la guardería cuando vas al cine de Diagonal a ver lo nuevo de Pixar ¿Dónde se mete esa gente de tu edad que tampoco quiere superar aún la infancia?
7. Hacer el groopie: no, ya no estás para estar horas y horas para estar lo más cerca posible de ese grupo que toca en la sala Apolo.
8. Tampoco para gritar como un poseso, aunque toquen tu canción favorita
9. Subir fotos al Facebook con esa pareja con la que llevas un mes y comentar cursiladas como “No em preguntis perquè t’estimo, hauria d’explicar-te perquè estic viu” o “L’amor no es busca, ens troba”.
10. Selfies en los probadores del Pimkie: ¿recuerdas cuando te disfrazabas con la ropa de la tienda y fotografiabas los resultados? Sigue recordando, ese tiempo también pasó.
11. Ir al Tibidabo: no, el encanto ya no está en montarse en las atracciones, sino en ese cierto aire decadente que se respira en el El Magatzen de Les Bruixes i Els Bruixots o en els Miralls Magics.
12. Llevar ciertas prendas: no, esa camiseta cortita ya no es para ti, ni la de las sobaqueras cortadas con tijeras, ni los tangalones. Pensándolo bien, nunca debiste llevar esas prendas.
13. Criticas las barrabasadas de los “jóvenes de hoy en día”, como que vivan con la nariz pegada al whatsapp, sus cortes de pelo o que sean cada vez más espabilados en todos los sentidos.
14. Antes volvías con el Rodalíes de las 5 de la mañana. Ahora tus planes terminan para llegar al de las 23.00.
15. Tu mayor miedo no es la tortura a la que te va a someter el dentista con sus cachivaches, sino lo que te va a costar.