Cuando parece que ya no hay más salas… ¡una más! Bubble Planet es más grande de lo que imaginábamos y, desde luego, sorprendente. La redacción de Barcelona Secreta estuvo en el primer día de actividad de esta nueva experiencia. Y esto es lo que vivimos.
«Tu viaje al surrealista Bubble Planet comienza aquí»
Así es como describen la experiencia desde la propia web de Bubble Planet. Y tanto que surrealista: prepárate para abrir tu mente y dejar que los colores pastel te invadan. Entrar en este espacio es entrar en la madriguera mágica del conejo blanco: colores violáceos, tonos pastel, esferas, burbujas…
La experiencia, de hecho, arranca con una de las salas más impactantes: una bajo el mar… Una sala interactiva en la que caminarás entre especies marinas sin mojarte un pelo, ¿serás capaz de encontrar el tesoro? Empieza la inmersión; arranca la diversión.
Seguimos por otra sala repleta de grandes globos hasta la bandera, una auténtica piscina de esferas rosas de látex en la que meterse de lleno (literalmente). Esta «sala de burbujas gigantes» está coronada por una gran flor de enormes pétalos. De repente, somos pequeños seres liliputienses. ¡Seguimos!
Las salas que han enganchado a los adultos
Entre las experiencias que más nos han gustado a los adultos está el laberinto de luces, una experiencia realmente fascinante en el que un juego de espejos y luces nos hará perder la noción de la realidad: ¿dónde empieza? ¿dónde acaba? Un espacio infinito en el que te encontrarás rodeado de cortinas luminosas sin poder diferenciar dónde está el cielo y dónde el suelo.
También nos han gustado los distintos photocalls que convierten a Bubble Planet en uno de los sitios más Instagrameables de Barcelona.
Los más pequeños no querían salir de…
Una de las salas que ha encantado a los niños es la de la enorme piscina de bolas. Esta es una bañera gigante repleta de burbujas, un parque de bolas a niveles estratosféricos. Además, cuenta con un mecanismo, al fondo de la sala, en el que los niños pueden pasar algunas de estas pelotas por unos agujeros para que, literalmente, después caigan del cielo. Es fácil perderse aquí, hacer fotos, jugar… pero, quien avisa no es traidor: todavía quedan muchas, pero que muchas salas por explorar.
La otra sala que gusta a los pequeños es la de los globos rosas. Eso sí, es preferible que los menores de 4 años vayan en brazos de un adulto. Se trata de una experiencia sensorial única en la que podrán interaccionar con los elementos que les rodean.
El colofón final está en la parte final del circuito, en la que los niños y niñas pueden elegir un dibujo para pintarlo, meterlo en una máquina que escanea el dibujo con un código QR. Entonces, el dibujo pintado con el nombre del artista, aparece en pantalla: una experiencia que causa furor entre los visitantes.
La experiencia de realidad virtual para «levitar»
La experiencia final con realidad virtual, que tiene un coste aparte, merece mucho la pena. Se trata de unas sillas voladoras que despegan tus pies de la tierra para que vueles por encima de varios universos dentro de burbujas. Así puedes sobrevolar la estatua de la Libertad, por un campo de cerezas, o estar flotando en medio de una gran fiesta.
Y mucho más…
Esta experiencia está conformada por once espacios, 11 salas en las que interactuar y sumergirse en un universo único y diferente. Quedan todavía muchas sorpresas que no hemos contado aquí para que viváis el efecto WOW como os merecéis. Y quien avisa no es traidor: id con ropa cómoda para vivirlo todo al 100%.