Atrévete con una de estas cinco propuestas para hacer yoga en Barcelona.
Te gusta el yoga. Bueno, más que gustar, necesitas el yoga. Lo que pasa es que te has quemado un poco de la rutina o de practicarlo en los mismos lugares de siempre. ¿Por qué no variar?
Pink Frog: clases a domicilio
Pink Frog es, por definirlo de alguna manera, el Netflix del yoga –bueno, del yoga, del pilates, de las clases pre-parto y post-parto. Su modus operandi es tan sencillo como entrar en la web, buscar a la instructora que mejor se adapte a tus necesidades, reservar la clase y ya está. O no, todavía te falta disfrutar de la clase en tu propia casa –si decimos que es el Netflix del yoga es por algo–, alcanzar el equilibro entre mente y cuerpo y desconectar de todas las preocupaciones. Y eso lo consigues gracias a Pink Frog.
La playa
Vale, sí, quizás no se puede practicar en pleno agosto en la Barceloneta. Pero bueno, siempre tienes opciones para huir del turisteo, que no solo de las playas de la ciudad vive el barcelonés. Otra opción es madrugar mucho e ir con la fresca, que si lo piensas es incluso hasta más apetecible. O una sesión de yoga playero nocturno, que también tiene su cosa.
Parc de la Ciutadella
El contacto con la naturaleza y el tacto de la hierba con tus pies. Impagables, ¿verdad? No te estamos descubriendo el mundo si te decimos que hacer yoga en los parques es una de las formas más auténticas de sentirlo. En Barcelona nosotros nos quedamos con el de la Ciutadella, que desprende un aire siempre especial. Pero será por parques en la ciudad.
El Carmel
Practicar yoga relaja. Practicar yoga con vistas relaja aún más. Y ya de hacer yoga con las vistas de Barcelona de fondo ni te contamos. Por eso elegir los búnkers de El Carmel es encontrar un lugar idóneo si lo que buscas es algo totalmente opuesto a la moqueta de tu salón.
Montjuïc
No nos negarás que Montjuïc es uno de los lugares más fotogénicos de Barcelona. No sé a vosotros, pero aquí siempre hemos sido de la opinión de que incita al relax y al descanso. Tardes y tardes paseando por ahí y perdiendo horas casi en cualquier rincón. ¿Por qué no aprovechar también y hacer un poco de yoga?