El Ayuntamiento tendrá que decidir el futuro del Zoo de Barcelona en los próximos cuatro meses. Su continuidad es la propuesta menos popular.
El equipo de gobierno de Cataluña tiene un nuevo debate sobre la mesa: el futuro del Zoo de Barcelona. A lo largo del mes de septiembre el Ayuntamiento se reunirá con diversas organizaciones animalistas y vecinales para decidir si se procede al cierre definitivo del recinto o si, por el contrario, va a producirse un cambio de paradigma en el mismo.
El inicio del debate se produjo en marzo, cuando salió a colación el mal estado en el que se encontraba el delfinario del zoo. De forma paralela, dos asociaciones animalistas denunciaron la matanza ‘injustificada’ de una cría de antílope asiático recién nacida. El parque se defendió argumentando que aquella práctica, denominada culling, es una práctica habitual en los zoos que no tienen los medios ni los medios para albergar a la especie en cuestión.
El Ayuntamiento anunció que iba a convocar un grupo de trabajo compuesto por colectivos de diversa índole: desde Depana o la Asociación de Defensa de Derechos del Animal hasta la Federación de Asociaciones de Vecinos de Barcelona.
Las propuestas referentes al futuro del Zoo de Barcelona son dispares: abarcan su cierre definitivo, albergar especies autóctonas como ciervos o jabalíes en vez de elefantes y chimpancés, recurrir a la realidad virtual para que los asistentes puedan ver a los animales sin necesidad de que estos se exhiban o, simplemente, apostar por su continuidad. Esta última posición, la menos popular, implicaría un coste presupuestado en 10 millones de euros.