
Es una de las calles más conocidas y transitadas de Barcelona. Y como todas las buenas calles de cualquier gran ciudad tiene muchas historias y anécdotas detrás.
Estas curiosidades de la Via Laietana no te dejarán indiferente:
– El nombre le viene de los laietanos, el poblado ibérico anterior a los romanos que se asentó cerca de Barcelona.
– Se comenzó a construir el 10 de marzo de 1908 y las obras fueron inauguradas ese día por Alfonso XIII y el entonces presidente Antonio Maura.
– Para levantar la calle se abrió una brecha de 80 metros de ancho y 900 de largo con un alarmante daño colateral: se destruyeron 2.199 casas y varios palacios medievales además de significar la desaparición de 85 calles. Un total de 10.000 vecinos se vieron afectados. Casi nada.
– Entre los edificios que se perdieron estaban el Palacio del marqués de Monistrol, el Palacio del marqués de Sentmenat, el Convento de San Sebatián o el de San Juán de Jerusalén.
– Lo curioso, sin embargo, fueron los edificios que no se perdieron y se desmontaron piedra por piedra para llevarlos a otro lado: la Casa Padellàs (actual Museo de Historia de Barcelona), la Capilla de Santa Águeda, el Saló del Tinell, las Cases del Canonges, la Casa de l’Ardiaca o la fachada barroca de la iglesia de Santa Marta (actualmente en uno de los pabellones del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau).
– No siempre se llamó Via Laietana. Al principio se la conocía como Gran Vía A y durante la Guerra Civil Española se le nombró como Vía Durruti, en honor del anarquista Buenaventura Durruti.
- Bajo la Via Laietana hay dos estaciones de metro fantasma. Una de ellas ni siquiera llegó a estar operativa, y la otra estuvo funcionando hasta 1972. De esta última, que fue la conocida como parada de Correos, aún se conservan carteles y mobiliario de la época. De la primera hay poco rescatable más que una escalera sin salida ya que los ingenieros cometieron errores de bulto y no pudieron ni acabarse las obras. Iba a ser la parada de Banc y sus restos se encuentran bajo el actual edificio de Catalunya Caixa, entre las paradas de Urquinaona y Jaume I.