Hasta 12 grados menos. Las soluciones a una ola de calor que parece que ha llegado para quedarse podrían pasar por algo tan secillo como antiguo: plantar árboles. Esto es lo que afirma un estudio liderado por Jonas Schwaab de la universidad ETH Zurich, en Suiza que, tras analizar la temperatura de cerca de 300 ciudades, han publicado un artículo en Nature donde explican un método para acabar con el efecto isla de calor
Según los autores, “los árboles influyen en el clima urbano principalmente a través de la sombra y la transpiración, y también a través del albedo”. Comparando las áreas de las ciudades con árboles, jardines y vegetación y sin ellas, los autores demuestran que el sombreado puede reducir considerablemente la temperatura de la superficie terrestre durante el día y las temperaturas del aire, y el efecto suele ser mayor sobre el asfalto que sobre las superficies de césped, según sus resultados.