La nueva normalidad traerán consigo la vuelta de turistas. Las fronteras se abrieron al espacio Schengen el domingo pero las calles aún parecen formar parte de un decorado de película, una escena que parecía imposible hace unos meses.
La cuarentena decretada a raíz de la Covid-19 dejó momentos insólitos, como este jabalí que se paseaba por la Calle Balmes, pero quizá más insólito aún resulte pasear por el centro de la ciudad con las calles sin abarrotar y los niños jugando en la calle. Una ciudad que ha vuelto a ser de quien la habita y no de quien tan solo la consume. Lo que no sabemos es por cuánto tiempo.
Albert Lloreta ha grabado estas imágenes, un paseo de media hora por los barrios de la Ribera, Sant Pere y el Gòtic, un documento histórico.