La Rambla será una verdadera muestra de la idiosincrasia barcelonesa: orientada o no al turista, ahora por lo menos se buscará que satisfaga las necesidades e intereses de quienes la habitan todo el año.
Para ello se le encomendó al equipo multidisciplinar KM_Zero que aunara los testimonios, las peticiones y las recomendaciones de todos los actores involucrados e interesados en las futuras remodelaciones. La asignación, liderada por la arquitecta y exconcejala Itziar González, tuvo lugar hace seis meses.
No es baladí la importancia de la participación ciudadana: ya hablamos de ella en este artículo sobre la remodelación de La Modelo. A fin de cuentas es lógico que quienes habitan la ciudad decidan sobre ella.
Volviendo al tema que nos ocupa diremos que con la intención de reresignificar el verbo “ramblejar” (andar por la rambla como un flaneur), el equipo en cuestión ya ha presentado una protopropuesta con ciertas líneas maestras.
Entre ellas (y la mencionamos la primera porque quizás es la más relevante) se encuentra la pacificación del tráfico: se quiere dejar un solo carril por sentido, sin aparcamiento, para ganarle terreno a las aceras laterales y centrales. También se quiere limitar la velocidad a 20 km/h, así como restringir el tráfico: sólo servicios, transporte público y vecinos.
Como parte de esta obra también se pretende reordenar el espacio: mover árboles, quioscos y terrazas. Esta medida es quizás la que más revuelo o desavenencias ha suscitado, sobre todo entre los quiosqueros y los hosteleros.
No así ocurre con los comerciantes y la asociación de vecinos Amics de la Rambla, quienes presumiblemente se han posicionado a favor. A favor de estas medidas comentadas, sí, y también de ampliar las conexiones entre el Gótic y el Raval.
Estamos, entonces, a punto de ver los planos que definirán el estado de uno de los puntos de Barcelona que más amor/odio genera entre los oriundos. Y todo se ha encaminado a que satisfaga a todas las partes: las reuniones con vecinos, empresarios y distintos actores pueden dar cuenta de ello.
Fuente: El Periódico