Cualquiera nacido a principios de los noventa y antes recordará los VHS, aquel formato de vídeo donde las películas venían en unos ladrillos de plástico negro que escondían la cinta que guardaba la peli que nos iba a enganchar las próximas horas.
Como el vinilo, la ropa vintage o los muebles antiguos, el cine también tiene una época pasada que, no sabemos si fue mejor, pero que quedó marcada para siempre en nuestra memoria. Ahora, un festival busca recuperar esa memoria. Se trata del Autotracking, el primer festival de películas VHS de Barcelona.
Entre el 15 y el 16 de abril la sala privada de cine del videoclub Video Instan (Carrer Viladomat, 239), el más grande y antiguo del país, acogerá la proyección de ocho películas en formato VHS escogidas por expertos. Entre las pelis, vermuts musicales, actuaciones de DJs y la grabación en directo del podcast Estamos Vivas. Toda una serie de actividades a mayor gloria de uno de los formatos más olvidados del cine.
Un festival en una sala privada rodeados de 47 mil cintas de vídeo
Autotracking nace, como todas las buenas ideas, de una reunión de amigos. Gerard López es guionista entre semana y trabajador del Video Instan los fines de semana. Pero, además, tiene un grupo de música llamado Ron Palillo, con cuyos miembros alquilaba la sala de cine privada del videoclub para visionar películas en formato VHS.
Al ver el éxito creciente de las convocatorias, López le propuso a Aurora Depares, impulsora de Video Instan, la celebración del festival. De las casi 50 mil películas que guarda el videoclub, hasta 8 mil cintas están en formato VHS y nunca han sido digitalizadas, lo cual supone un archivo único que, en ocasiones, ha recibido llamadas de los premios Goya para encontrar películas olvidadas.
Video Instan, nacido hace 43 años en la calle Enric Granados, se trasladó hace cinco a la calle Viladomat. Allí Aurora Depares, hija del propietario original del Videoclub, ha puesto en marcha un videoclub que alberga, aparte del servicio de alquiler y venta de películas, una cafetería y una sala de cine privada donde se organizan eventos y que está abierta a todo tipo de propuestas.
Las películas escogidas para este festival, elegidas por expertos como Ángel Salas, director del festival de Sitges, han sido seleccionadas con la premisa de que sean para todos los públicos pero que, evidentemente, solo existan en formato VHS. El formato, que parecía olvidado, vive ahora una segunda vida en un videoclub que, casi medio siglo después de nacer, ve como el formato con el empezó vuelve a renacer.
Las entradas al festival cuestan 5 euros y se pueden comprar de forma presencial en el mismo evento, y toda la programación de Autotracking se puede consultar en la web del evento.