Que liberalizar el mercado es fuente de un aumento de la competencia y por tanto, de una bajada de precios, es una máxima básica del capitalismo que esta vez, al menos en una primera instancia, se ha cumplido punto por punto: los trenes de alta velocidad entre Barcelona y Madrid han reducido hasta un 65% su precio desde que el mercado se abrió a la competencia en 2019.
Tres empresas luchan por un sólo trayecto
El informe explica que, más allá de la liberalización, los precios ya venían bajando desde varios años antes, con políticas tarifarias flexibles o los estímulos aplicados por RENFE para reactivar a sus pasajeros tras la COVID. Sin embargo, fueron la entrada al mercado español de OUIGO, la low cost de la ferroviaria pública francesa SNCF, en 2021, y de Iryo, participada por la estatal italiana Trenitalia, en 2022, las que dispararon la competencia.
La política agresiva de ambas, con precios muy bajos, unida a las ofertas de AVLO, la marca barata de AVE, ha comportado pérdidas en las tres empresas, que deben hacer frente a elevados costes de operación aumentados por la inflación de los últimos tiempos, que ha afectado especialmente a la energía. Por eso han reclamado a Adif, el administrador público de la infraestructura, una rebaja del canon que les cobra por circular.
Por otra parte, el aumento de la circulación de más trenes por las mismas vías ha hecho crecer el número de averías y retrasos hasta el punto de que uno de cada cuatro convoyes llega más tarde de lo previsto.