Sin entrar en detalles, todos tenemos alguna experiencia relacionada con ir al baño en pleno campo. Si uno es limpio y recoge su papel, nuestras deposiciones se convierten, sin ayuda, en compost natural en el bosque, incluyéndose en el ciclo vital de forma natural.
Ese es, grosso modo, el objetivo de los baños secos, una suerte de «letrinas modernas» que convierte nuestras deposiciones en abono sin utilizar agua ni químicos y que ahora el ayuntamiento de Barcelona quiere probar a modo de lavabos públicos ecológicos y eficientes.
Lavabos sin agua para un futuro de sequía
Los baños secos, diseñados por la empresa WSec, tienen un funcionamiento simple: Quien entre hace sus necesidades en el váter y se limpia con papel que también se tira en el mismo váter. De ahí, se lanza una palada de serrín por encima. Un depósito bajo el baño ventilado de forma que no almacene olores «conserva» las deposiciones hasta llenarse, mientras los usuarios pueden limpiarse las manos con gel hidroalcohólico y un cubo de agua.
Los restos orgánicos se recogerán una vez esté lleno el depósito, al cabo de un par de meses, para dejar que se fertilice y cuando se reponga, ya estará convertido en compost que se puede utilizar perfectamente para jardinería.
Tal y como informa El Periódico, dos de estas letrinas se instalarán en Montjuic, en el proyecto de ampliación de la L’Hort de la Font Trobada. No es el único lugar. Este invento funciona particularmente bien en huertas y espacios abiertos (lejos de vecinos), y Horta amb Gràcia, un espacio de jardinería en Les Roquetes, fueron pioneros en su uso.