Durante las últimas semanas se ha incrementado el número de agresiones contra el colectivo LGTBIQ+ en la capital, algo que ha puesto aún más en alerta al Ayuntamiento y a las distintas administraciones públicas. Y por supuesto, también a la ciudadanía. Hace unos días hablábamos de la inauguración del Centro de Nuevas Masculinidades, que está prevista para el mes de octubre. Ahora, una nueva noticia supone un avance en la lucha contra las desigualdades: la instalación de cámaras de videovigilancia en autobuses y metros.
Se trata de una iniciativa tomada por Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) que empezó a implementarse en algunas líneas de metro y que está previsto que finalice en dos años, antes de que termine el 2023. Actualmente la red de metro cuenta con 8.000 cámaras de seguridad, pero tan sólo 24 líneas de autobús cuentan con esta medida. El objetivo es claro: reforzar la seguridad y prevenir las posibles agresiones o los actos incívicos.
Desde TMB informan que el funcionamiento es sencillo: las mismas personas que estarán observando las cámaras de seguridad son quienes activarán, en caso de que haga falta, el protocolo contra posibles agresiones.
La medida empezó a tomarse para prevenir el acoso sexual hacia las mujeres, pero es evidente que tras los múltiples sucesos ocurridos contra el colectivo LGTBIQ+ debe reforzarse la seguridad.
A día de hoy, la transmisión de imágenes es instantánea en las líneas de metro L5, L9, L10 y L11, y ahora se trabaja en las líneas convencionales: la L1, L2, L3 y L4.
En cuanto a la red de autobuses, está previsto que la medida se lleve a cabo durante 2022 y que en 2023 toda la flota de autobuses tenga cámaras; en total, 1.140 unidades.