
15 millones de turistas en un año. Esos son los visitantes que recibió Barcelona en 2024, según los últimos datos disponibles, que confirman que Barcelona recibe 10 veces población en visitantes, convirtiéndose así en la ciudad con más masificación turística del mundo.
916 turistas por cada 100 habitantes
Esta afirmación sale de un estudio de Nomad eSIM, que analiza datos de afluencia, densidad de visitantes y percepción local. Según este estudio, Barcelona es la ciudad turística más masificada del mundo, con una estimación de 201.722 turistas por kilómetro cuadrado.
Este récord mundial nos pone por delante de ciudades como Roma, París o Nueva York, o zonas como Cancún, en México con un dato alarmante: en Barcelona hay 916 turistas por cada 100 residentes, es decir por cada grupo de 10 barceloneses, hay más de 90 personas que están de paso día sí, día también, en la ciudad.
Es fácil de entender: si la ciudad tiene 1,5 millones de habitantes, esos 15 millones suponen, aproximadamente, unas diez veces la población de la ciudad en turistas.
Más turistas que Australia y Brasil juntas
Para hacerte una idea del desfase de turistas que recibe Barcelona un dato: Barcelona sola recibe en un año a más turistas que países como Brasil y Australia juntos. O casi tantos como París (19 millones), el triple que Veneciam (5,5 millones) y solo la mitad que Londres (30 millones), una ciudad de 9 millones de habitantes.
Se pueden hacer más comparativas: Barcelona recibe más turistas que habitantes tienen Portugal (10,2 millones), Bolivia (12 millones) o Bélgica (11,8 millones) o acoge, ella sola, casi el 20% de todo el turismo de España.
¿Se pueden recibir más turistas?
Estos datos solo son la confirmación del impacto en la ciudad: según un estudio de VisitMob, un 61 % de los residentes cree que la ciudad ya no puede acoger más turistas. Y el 36 % dice haber cambiado su forma de moverse por culpa de la saturación. Si no, solo hace falta preguntar a los vecinos de Las Ramblas cuántas veces al año caminan por ella.
Además, el anuncio de la ampliación del aeropuerto del Prat genera suspicacias en algunos sectores, ya que provocaría, evidentemente, un aumento aún mayor del número de turistas, con los problemas derivados en la vivienda, etc.
Por todo esto, Barcelona se encuentra en un brete: seguir creciendo y recibiendo más turistas, a pesar del límite al que parece haber llegado, o buscar formas para controlar este crecimiento.