«Esto está aquí al lado» o «no te preocupes, solo un par de transbordos incluido el del Passeig de Gràcia» son frases que suelen (o no) decir tus amigos o conocidos para convencerte de que quedar en Lesseps viviendo en Paral·lel no es un viaje en metro tan largo como parece.
Y es que en Barcelona somo grandes usuarios del transporte público, ya que según el Instituto Nacional de Estadística (INE) un 57% de los barceloneses somos usuarios del transporte público.
Según el INE, en Barcelona solo uno de cada cuatro habitantes utiliza el coche para ir a trabajar o estudiar, ya que la mayoría de los habitantes de la capital catalana eligen el transporte público, el ir a pie, la bici o el patinete eléctrico para sus desplazamientos diarios.
Este porcentaje contrasta con otras grandes ciudades españolas, como Madrid, en la que el 43% de la población utiliza el coche para ir a trabajar, o Málaga, que más de la mitad de sus habitantes utiliza diariamente el transporte privado para sus desplazamientos.
¿Por qué utilizamos el transporte público tanto?
Hay varias explicaciones de por qué existe esta tendencia en Barcelona y, seguramente, la razón por la cual lo hacemos es una combinación de todas ellas, según dicen los técnicos que han elaborado el estudio del INE.
La primera sería la gran densidad de población en la ciudad. En Barcelona habitamos más de un millón y medio de personas en tan solo 101km2. Si lo comparamos con Madrid, vemos que el territorio que abarca la capital es seis veces superior a la de Barcelona, 604km2, y tan solo triplica el número de habitantes (3,2 millones), dejando mucho más espacio para la circulación de vehículos privados.
La segunda serían las políticas de restricción de circulación de vehículos, gracias a las zonas de bajas emisiones y la peatonalización de muchas calles. Y la última, la disponibilidad constante y la eficiencia del transporte público que permite a los ciudadanos desplazarse con mayor facilidad.