El Ayuntamiento de Barcelona ha decidido quitar los bloques de hormigón amarillos que actualmente delimitan el espacio entre las terrazas de bares y restaurantes y los peatones.
Según ha avanzado La Vanguardia, el próximo invierno la ciudad condal ya no tendrá estos elementos que empezaron a colocarse a raíz de las restricciones de aforo causadas por la pandemia.
Los bloques de hormigón pertenecen al conocido como urbanismo táctico y desde hace meses permiten que los peatones tengan más espacio para pasear y que los bares y restaurantes puedan ampliar sus terrazas.
También conocidos como barreras New Jersey, en el caso de la ciudad condal están vinculados a un conjunto de medidas para humanizar más el espacio público. Es el caso de calles que han perdido un carril o de la instalación de bancos en algunas zonas antes destinadas a coches. Una serie de propuestas vinculadas al proyecto de ejes verdes del Eixample y sujetas a concurso público.
Además de hacer más agradable el paseo a los transeúntes, esta ampliación de espacios permite rebajar la polución atmosférica y la contaminación acústica, dinamizar los barrios y animar a la movilidad activa. Sin embargo, el pasado mes de diciembre se abrió la polémica ya que un motorista perdió la vida al estrellarse contra uno de estos bloques en el cruce entre la calle Balmes y Gran Vía. Por este motivo, el Ayuntamiento prevé sustituirlos por otros tipos de separadores.