En las primeras escenas de la película de «La Vida de Pi» el protagonista explica como el mejor amigo de su papá le enseñó a nadar. En las imágenes, evocadoras, aparece una piscina parisina preciosa de los años XX de estilo art-déco, donde Pi aprenderá a sobrevivir en el agua sin saber cuánto le serviría esa habilidad más adelante. La piscina que aparece en la película es la Piscina Molitor, unos míticos baños de la capital francesa que estuvieron mucho tiempo abandonados. Lo que muchos quizás no saben, es que Barcelona tiene sus propias piscinas art-déco bellas y decadentes en la Barceloneta, escondida tras esa playa en la que tantos toman el sol, y que ahora, por fin, volverán a recuperar todo su esplendor.
El Club Natació Barcelona (CNB) ha anunciado que va a empezar las obras para recuperar la mítica piscina de la Escullera, la piscina, probablemente, más bonita de la ciudad. Inaugurada en 1922, es la segunda más antigua de España -la primera fue en Sabadell en 1918-, y la primera cubierta y que tuvo agua de mar templada. Antes de estas piscinas, todos los deportes se realizaban en el mar, por lo que la aparición de las piscinas fue clave para el desarrollo de los deportes de agua.
Por ello, tal y como declara Bernat Antràs, director del CNB, en un reportaje del diari The New Barcelona Post, “Barcelona formará más deportistas en la disciplina olímpica de saltos de trampolín gracias a la recuperación de la piscina de la Escullera”. No lo dice en balde. En el mismo reportaje Antràs cuenta que cuando la piscina esté acabada, en 2023, será la única piscina cubierta de la ciudad donde se podrá practicar la disciplina del salto olímpico. Abandonada desde 2017, la recuperación de la piscina forma parte de un ambicioso plan de reforma de las instalaciones del CNB que tiene 12 millones de euros de presupuesto.
La piscina que nació en el mismo lugar que el FC Barcelona
Cuando Barcelona celebró sus Juegos Olímpicos de 1992 decidió dar a las instalaciones de natación olímpica de Montjuïc el nombre de Bernat Picornell. Como se informa en un reportaje del Diari ARA, 100 años había sido el señor Picornell el que había fundado el CN Barcelona en el gimnasio Solé, el el mismo local cercano a las Ramblas donde ocho años Joan Gamper había fundado el FC Barcelona. El dueño de gimnasio, Manuel Solé, había impulsado ese mismo una prueba de natación en el mar cuyo éxito acabó generando la creación del CN Barcelona, con Solé de prime vicepresidente y Bernat Picornell, el hombre que dio nombre a otras piscinas 100 años después, como presidente. Picornell por cierto, también era, en aquella época, profesor de esgrima y futbolista del Barça.
El espacio del rompeolas que consiguieron, al final de lo que hoy es el Paseo Juan de Borbón, que actualmente es de 24o00 metros cuadrados, se convirtió a lo largo de los años en un icono de la ciudad que ha conectado a cinco generaciones distintas de deportistas. Por eso, en la presentación de las obras de reforma, atletas como Manel Estiarte, que alcanzaron la cumbre casi cien años después de que la piscina fuera inaugurada, mostraban su apoyo a la reforma.
Escullera significa en catalán escollera, que es ese conjunto de bloques que se depositan en el fondo del mar para proteger un dique de la acción del oleaje. La piscina de la Escullera, un bloque de roca construido en el suelo de un barrio ganado al mar, es la viva imagen de un lugar que resiste a los embates del agua y del tiempo, y que, cuando parecía hundida, vuelve a salir a flote para brillar con toda su fuerza.