Teléfonos públicos de poste aún quedan muchos por Barcelona, casi todos desactivados y en mal estado; cabinas cerradas, no tantas. La última de ellas es hoy un punto de intercambio de libros.
Esta curiosa biblioteca se estrenó en Sant Jordi, fecha desde la cual podía disfrutarse en la plaza Meguidó, en el barrio de Sant Genís dels Agudells. El motivo de la ubicación no es otro que el de devolverla al barrio donde fue instalada por primera vez a mediados de los años 60, aunque en este caso cumplirá una función bien distinta.
Pero según publica Betevé, la cabina fue vandalizada para robar una pantalla led que se encontraba en su interior. También hubo que limpiar varias pintadas que se habían hecho sobre sus cristales. Hoy, la cabina recupera su nueva esencia como punto de intercambio de libros con capacidad para alrededor de 200 ejemplares.
La cabina cuenta con un sistema de apertura a través de un código que se proporciona en el centro cívico Casa Groga, ubicado junto a la cabina. Además, la nueva instalación dota de wifi a toda la plaza y dispone de un punto de recarga de teléfonos móviles.
Adiós a las cabinas telefónicas
Este 2022 es el año límite que Telefónica se ha propuesto para retirar definitivamente las 14.824 cabinas de teléfono que aún quedaban en España antes de que arrancase su proceso de desahucio. Las razones son obvias: la telefonía móvil las ha desbancado de su rol de servicio público y, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), su mantenimiento cuesta al Estado 4,5 millones de euros anuales.
La CNMC estima que las cabinas registran una llamada a la semana en el país, un 0,17 comunicaciones al día, y que alrededor del 88% de la población no ha usado nunca una cabina, según cifras del Eurobarómetro en 2014.
Las cabinas no llegarán, por poco, a cumplir los 100 años de edad. La primera que se instaló en España fue en Madrid, en el Parque del Retiro.