Igual que llegar caminando hasta Valencia o hasta Toulouse. Los 325 km de la vía verde del Canal d’Urgell son una de las joyas desconocidas de Catalunya. Un camino vegetal que discurre al costado de uno de los canales de riego más antiguos del país y que se ha convertido en el canal verde más largo de Europa.
Frente a las famosas vías verdes europeas, como la que va de Cracovia a Viena (750 km.) o la que va de París al Mont Saint-Michel (450 km.), els Canals d’Urgell, los caminos que acompañan una vía de riego ancestral y que son un plan perfecto para recorrer haciendo senderismo o ciclismo conociendo por el camino las tierras del ponente catalán.
La historia de un canal que pintó de verde el agujero del demonio
La zona de Lleida, conocida por ser una de las áreas más áridas de Catalunya, vio nacer a finales del S. XIX un proyecto hidrográfico que cambiaría el color de la tierra. La zona conocida como el clot del dimoni (el agujero del demonio, en catalán), era un terreno seco, de aquellos en que la falta de agua provoca surcos en la tierra. Aunque se había fantaseado con aguar la zona desde la Edad Media, no fue hasta 1852 que la rica familia Girona constuiría un sistema de canales que convertirían estas 70 mil hectáreas de la comarca de Urgell en una de las zonas artificialmente regadas más grandes de Europa.
Un camino verde de más de 300 km
Ahora, coincidiendo con el 160 aniversario de la construcción de este canal, la comunidades de regantes del mismo ha iniciado un plan para rehabilitarlo y fomentar el turismo sostenible en la zona. Los 325 km. de camino se rehabilitarán, se unirán con puentes y pasarelas y se verdificarán repoblándolos con plantas locales.
Además, se rehabilitarán las más de 60 casetas de los guardianes del canal, las personas que antiguamente cuidaban del correcto funcionamiento del canal. En definitiva, un plan para recuperar uno de los grandes caminos verdes del país y uno de los mejores planes de fin de semana en Catalunya.