La estación de Sant Andreu Comtal nació cuando por aquí apenas había coches y Sant Andreu era una ciudad autónoma separada de Barcelona. Era 1854, y la estación era una de las paradas de la línea que unía Barcelona con Granollers. Ahora, más de 170 años después, la histórica estación, la más antigua de España, cerrará, dejando atrás la historia y dando la bienvenida al gran futuro que Barcelona persigue con la construcción del intercambiador de La Sagrera.
Las obras eternas del intercambiador de La Sagrera, que han de convertir la zona norte de Barcelona en un nuevo centro para la ciudad, están implicando cambios drásticos en la fisionomía de la ciudad. La voluntad de unificar todos los transportes en una gran estación implica, por desgracia, el traslado de la estación de Sant Andreu Comtal, que se desplazará apenas un centenar de metros para pasar a formar parte de este nuevo intercambiador.
De esta forma, aunque la parada de Sant Andreu Comtal seguirá existiendo, la icónica estación dejará de estar en funcionamiento.
Una estación casi bicentenaria
Acercarse a la parada de Sant Andreu Comtal sigue siendo una experiencia que recuerda más al paseo por un pueblo del interior de Catalunya que al descenso a una estación de metro en plena Barcelona.
El paradero está en la Plaza de l’Estació, un nombre vestigio de otras épocas, cuando solo había una «estació» en la zona. Se llega a través de una calle estrecha de bajada, y está rodeada de casas bajas de finales del SXIX.
La estación recibe su nombre por que se creó junto al Rec Comtal, la histórica acequia que regó Barcelona desde sus orígenes, y que atravesaba Sant Andreu para llegar hasta el centro de Barcelona.
Entró en servicio en 1854, como parada entre la Estación de Francia (la antigua estación de Granollers) y Granollers Centre. Ahora, tras casi dos siglos de historia, una de las plazas más acogedoras de Sant Andreu quedará con la estación únicamente en el nombre.