
Ya nos hemos acostumbrado a su presencia en el skyline de Barcelona, aunque la Torre Agbar no empezó su andadura por nuestra ciudad exenta de polémica. Hoy ha llovido ya mucho y todos estaremos de acuerdo en que es un símbolo más de Barcelona. Pero… ¿lo sabías todo de ella? Nosotros te dejamos estas siete curiosidades sobre la obra del arquitecto Jean Nouvel.
- Agbar es el acrónimo de Aguas de Barcelona. La empresa no se comió mucho la cabeza a la hora de nombrar el edificio de su nueva sede y le puso el nombre de su grupo. Pero oye, ni tan mal ese resultado que le da un toque majestuoso a uno de los edificios más conocidos de la ciudad.
- Es el tercer edificio más alto de Barcelona, con 144 metros. Solo lo superan la Torre Mapfre y el Hotel Arts, ambos con 154 metros. A la espera de que la Sagrada Familia esté completa (sí, ese día llegará) con su proyección de 172 metros de altura la Torre Agbar puede estar tranquila en el tercer puesto del podio.
- El “spiderman” francés Alain Robert la ha escalado sin arnés ni sujeción (ni permiso). Debió gustarle mucho la experiencia pseudo mortal o las vistas de Barcelona desde la altura, porque lo ha hecho ya… ¡3 veces! Hay gente para todo, que se dice.

- Muchos la comparan con la Swiss Re Tower londinense por su forma de… eso. Pero ya quisieran los ingleses tener una torre igual de colorida. Aunque de motes no se salva ninguna de ellas.
- Si bien es cierto que es imposible no pensar en…eso, lo cierto es que el edificio está inspirado en los pináculos de Montserrat o el proyecto de Hotel Attraction de Antonio Gaudí, entre otras referencias menos eróticas de lo que cabría esperar.

- En 2007 se diagnosticaron a cerca de 40 trabajadores casos de lipoatrofia semicircular, una extraña enfermedad relacionada con la electricidad estática y la falta de humedad. Estos casos, unidos a otros alrededor de toda Catalunya, obligaron al Govern a reconocerla como enfermedad laboral. Por ser pioneros, que no quede.
- Desde 2006 TV3 ha utilizado el sistema de iluminación de la torre para celebrar el cambio de año y ya se ha convertido en una costumbre asociar el año nuevo en Barcelona con la imagen de la colorida torre Agbar, fácilmente reconocible en el extranjero y ya uno de los símbolos de la Barcelona moderna.