Insultar es todo un arte. Aunque pueda parecer una tarea fácil, no todo el mundo tiene la capacidad de hacerlo con estilo y elegancia.
Así que, si quieres ir más allá del mariners de merda, te proponemos una lista de insultos en catalán que tienes que conocer para ganar en tu próxima picabaralla.
Sabemos que algunos insultos suenan a viejo, sí, pero ¿hay algo mejor que ver la cara de tu amigo (o enemigo) al gritarle tros de quòniam?
Este es nuestro pequeño abecedario para ser un bon català emprenyat:
Aixafaguitarres: Es ese amigo que lo jode absolutamente todo, un cortarollos de toda la vida. Mejor que no tengas cerca a uno si te lo quieres pasar bien de fiesta (o dónde sea).
Babau: Algunos seguramente recordaréis la canción infantil del Gripau blau babau. Un babau es una persona sin maldad, al que todo le parece bien, no se queja de nada y todo el mundo hace lo que quiere con él. Da un poquito de pena la verdad.
Baliga-balaga: Éste es el típico que no sabe ponerse serio cuando toca, quizás es divertido tenerlo cerca a veces para echarte unas buenas risas, pero en un momento de seriedad, aléjate de él o ella.
Bocamoll: Esa persona bocazas y charlatana a la que no se le puede pedir que guarde un secreto, porque lo canta enseguida, seguro que ya te ha venido alguien a la cabeza.
Botifler: Este es el típico que, cuando toca, cambia de bando y traiciona a los suyos. Uno que no tiene en consideración quien es y de donde viene y prefiere irse con el enemigo.
Brètol: Perfecto para gritar en la AP-7 a un coche con matrícula andorrana que te avanza por la derecha. Es un sinvergüenza, un caradura, un gilipollas, vamos.
Carallot: ¿Recuerdas a Ralph, de los Simpson? Pues él es un poco carallot. Vendría a ser el típico empanado, lento y que no se entera de las cosas.
Cap de suro: Grítaselo a alguien muy estúpido, que hace todo mal y parece que no da para más. A nosotros nos encanta su traducción literal: «cabeza de corcho» o cabeza de chorlito.
Cul d’olla: Una persona muy inútil, un ximple como diríamos en catalán. Así que puedes decírselo a tu jefe que nunca soluciona nada y no tiene capacidad de decisión y liderazgo.
Capsigrany: Un capsigrany vendría a ser una persona de pocas luces, un poco tontita. Si después de explicarle algo a alguien cuarenta veces, lo sigue haciendo mal, llámale capsigrany y quédate tan ancho.
Curt de gambals: Tiene un significado parecido a capsigrany, pero sería más bien corto, que no da para más.
Dropo: Este es un vago, un escaqueador profesional, vamos, al que no le gusta hacer ni el huevo. Normalmente se sienta con el móvil en el sofá cuando estáis recogiendo la casa rural en la que habéis pasado el finde con los colegas. Y sí, efectivamente, este no ha limpiado ni un plato, ni lo esperes, va en contra de su naturaleza.
Escanyapobres: Literal «ahogapobres». Persona avara o tacaña, que no quiere gastar dinero en nada. Prohibidas (o no) las bromas con los catalanes aquí.
Estaquirot: A diferencia de un dropo este seguramente tiene buenas intenciones y quiere ayudar. ¿El problema? Que es un poco aturadet y acaba por molestar más que ayudar.
Figaflor: Se usa para decir que una persona es débil, que no tiene mucho carácter y que no sabe afrontar las adversidades de la vida.
Galifardeu: Un gallito o un prepotente, estas personas caen fatal ya de buenas a primeras. Nadie les ha pedido nada y ya te están mirando por encima del hombro.
Llepaculs: Un pelota como una catedral de grande. El Señor Pelota. Su traducción literal es lameculos.
Llepafils: Típico tiquismiquis al que no se le puede sacar del menú infantil. No tenemos pruebas, pero tampoco dudas, de que es team tortilla sin cebolla.
Malparit: odo un clásico. Uno de los insultos más versátiles, significa literalmente mal parido o mal nacido, y se utiliza siempre que quieras gritarle algo a alguién. ¿Te adelantan por la izquierda? Malparit. ¿Te ponen trabas burocráticas en el SEPE? Malparits. ¿Te roban el móvil? Malparit.
Mitja merda: Se traduciría como media mierda, que no es nada, simplemente un cobarde, un inútil, un flojo. Si te metes en una pelea con un mitja merda tienes las de ganar, seguramente mida metro veinte e intimide menos que una abuela haciendo crochet.
Pallús: La palabra adecuada es cortito. O lo que es lo mismo, que las neuronas le tardan demasiado en procesar.
Panxacontenta: Una persona despreocupada, hasta el punto de que todo le da exactamente igual. Siempre está feliz y no le estresa no hacer nada. A veces, un panxacontenta nos alegra el día con su buen humor, pero otras nos acaba poniendo nerviosos con su despreocupación vital.
Poca-solta: Un sinvergüenza de toda la vida. Seguro que tienes más de uno en tu círculo cercano. O…¿Eres tú?
Pocatraça: Torpe no, torpísimo. Un auténtico manazas, suspendió plástica porque no sabía cortar y mejor que no le dejes coger ni un plato. En el fondo, todos somos un poco pocatraces.
Sòmines: Si tienes uno cerca, seguro que te pondrás nervioso. Un sòmines es alguien muy lento, sin ningún tipo de agilidad mental. A veces no entiendes como alguien puede llegar tardar tanto en procesar una cosa tan sencilla.
Tanoca: Alguien que es corto de entendederas, que no tiene malicia, que le parece todo bien y se deja llevar por los demás.
Torracollons: Es el tocapelotas de turno. Un p*to palo cuando te toca uno cerca.
Tòtil: El equivalente en catalán a «eres un primo» o «somos unos primos». Por ejemplo, si pierdes jugando al fútbol con chavales de 12 años, a lo mejor es que eres un poco tòtil.
Trinxeraire: Todos los hemos sido alguna vez en nuestra vida, sobre todo de adolescentes, cuando nos pasábamos largas horas en las calles sin objetivos ni dirección. Significa ir sin rumbo por la vida y aunque parezcamos adultos funcionales, un poco perdidos sí que vamos.
Tros de quòniam: Es una forma de decir pesao pero un poco más elegante. La palabra perfecta para insultar a un amigo que no te para de de dar la tabarra.
Pixapins: Todos lo conocemos: es el término despectivo utilizado en Cataluña para referirse a las personas que viven en la ciudad, especialmente en Barcelona, y que suelen aprovechar los días festivos o los fines de semana para ir de excursión al campo. Significa literalmente «mea pinos», y se usa para describir a aquellos que, a pesar de vivir en entornos urbanos, buscan escaparse a la naturaleza en su tiempo libre.