Quizás sí que hay un cambio. Los encargados de los premios de arquitectura más importantes de Europa han galardonado a La Borda, una de las construcciones en modelo de cooperativa pioneras en Barcelona, no solo por sus cualidades arquitectónicas, si no por «ser un proyecto cooperativo transggresor en su contexto, ya que, si bien la producción de la vivienda está dominada por intereses macroecoómicos, en este caso el modelo sebasa en la copropiedad y la cogestión de recursos y capacidades compartidas». Así, La Borda no gana un premio por cómo está construido, si no por el impacto que supone su construcción.
Así es como empiezan las revoluciones, cambiando la manera de mirar. La Borda es un proyecto de edificio cooperativo diseñado por 14 arquitectos del estudio Lacol, que en su momento ya ganó el premio Ciudad de Barcelona 2018. La Borda está construido en un solar municipal con cesión de uso. Es un edificio muy particular, hecho de madera, donde viven treinta familias con una forma distinta a la habitual de organizarse. El edificio fomenta el uso del espacio común, donde están la lavandería, un comedor o una sala polivalente, facilitando así una nueva manera de convivir.
Aparte del premio Emergente para la Borda, el premio mayor de Arquitectura 2022 se ha entregado a Grafton Architechts, de Dublín, por el proyecto Town House-Kingston University de Londres. Los dos proyectos premiados han sido elegidos de una lista de 532 obras de 41 países, entre cuyos finalistas había también un bloque de vivienda cooperativa de Cornellà de Llobregat.